La potencia de García Lorca volvió al escenario

El departamento cultural de la Alianza Uruguay-Estados Unidos sigue apostando fuerte por textos teatrales potentes y de gran convocatoria. Ahora, "La casa de Bernarda Alba" aporta lo suyo en esa dirección, con una puesta de Roberto Jones.En parte, solamente en parte, es una apuesta sobre seguro, dado que un texto de Federico García Lorca siempre en un grato reencuentro para el espectador, cuando no un descubrimiento lleno de sorpresas. Más en este caso, una tragedia rural, la mayor del poeta, que escribe esta obra, sobre el final de su vida (dato que él lógicamente no manejaba), en el auge de su madurez creativa, cuando se disponía a alejarse tanto de las experiencias surrealista como del teatro de corte más poético, para afirmarse más que nunca en el naturalismo.Un naturalismo lorquiano, lleno de imágenes inolvidables, de frases para el recuerdo, de gran eficacia escénica.Jones, alejado de los escenarios como actor, viene trabajando en la Sala China Zorrilla (donde ahora se está presentando esta obra), espectáculos que si bien se apoyan en grandes textos, él sabe no dejarse llevar por el camino más fácil, y les imprime un sesgo personal.Para abordar esta nueva aventura (que la Comedia Nacional transitó en 1982, en una recordada versión de Carlos Aguilera que contó con un notable elenco), el director ubica las acciones en un escenario despojado, que separa en cierta medida al texto de la época en que fue escrito. La casa de esta madre terrible fue sintetizada, en una búsqueda, bien lograda, de dejar solamente lo imprescindible en escena. Detalles musicales colaboran en crear un clima que si bien se concreta mejor en unas escenas que en otras, consigue mantener al espectador atrapado.Es notorio que el registro actoral es bastante libre: algunos tramos son más españolados, otros más actuales, otros con un sabor más antiguo. Pero en algunas escenas cruciales el montaje alcanza una potencia y limpieza regocijantes.Ana Rosa, enfrentada a Nelly Antúnez, componen los momentos más netos, más convincentes. Pero es lógico que la historia de...