Preso que fingió ser fiscal logró tres detenciones y una averiguación de paradero de una persona

EDUARDO BARRENECHELo que vivió María J. (nombre ficticio) es el guion de una película. A las 21:30 horas del sábado 1° recibió una llamada por teléfono de su padre que vive a tres casas de la suya. " La Policía te busca ", le dijo el padre.María J. recibió a los policías. Uno de ellos hablaba por teléfono con un supuesto fiscal. La joven llamó a su abogado, Pablo Casas, y le narró lo sucedido. Casas le trasmitió que no declarara sin su presencia.> > El policía le trasmitió a la joven que, por orden del fiscal de la Ciudad de la Costa , estaba detenida e incomunicada. Que si seguía hablando con el abogado incurría en un delito de desacato.> > En un tramo de la conversación, el policía -siguiendo las directivas del fiscal- preguntó a María J.: "Usted tiene US$ 16 millones depositados en el extranjero. Diga de dónde sacó ese dinero".María J. respondió que no tenía dinero depositado en el exterior . Explicó que trabajaba en un comercio y era dueña de un pequeño minimercado.> > En ese momento María J. se enteró de que el supuesto fiscal había pedido más apoyo policial . Además de los tres móviles de la Seccional 18° estacionados frente a su casa, al lugar arribaron dos camionetas y dos motos. El furgón para trasladar presos llegaría en un rato, escuchó afirmar a uno de los policías. "Fue como una película", dijo ayer la joven a El País.> > En el diálogo con él, la joven se enteró de que había una supuesta orden judicial de llevarse a sus dos hijos al INAU. María J. habló enseguida con un vecino que estaba cerca. Le dio las llaves de su casa y le dijo que cuidara a los niños.María J., su padre y su cuñada fueron llevados a la Seccional 18° por orden del supuesto fiscal. Con un fingido optimismo, la mujer trataba de infundir ánimos a su padre y cuñada. Sin embargo, cuando escuchó el ruido de las llaves abriendo los calabozos, su empuje decayó.> > "¿Nos van a meter ahí? ¿Podemos fumar adentro?", preguntó. Un policía respondió que iban a pasar la noche en los calabozos y le dijo que fumara afuera mientras llamaban al fiscal de la Costa.> > Al rato, se le acercó un subcomisario con cara de sorpresa. Le dijo que podían irse. "Usted me tiene que explicar qué sucedió. No me pueden sacar así porque sí de mi casa", protestó María J. > > El policía le respondió: "Ni yo entiendo qué pasó".La joven llamó a su padre y su cuñada. Los instó a salir lo antes posible de la seccional. Cuando se retiraba, María J. vio que estacionaban afuera de la comisaría varios...

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