Primero los alumnos

La Rendición de Cuentas fue votada por la Cámara de Diputados sin que se tuvieran en cuenta los reclamos de los sindicatos docentes. El oficialismo se mantuvo firme en la posición de no conceder aumentos más allá de los límites del convenio firmado. Y hay muy buenas razones para justificar esa actitud. Los convenios se firman para que ambas partes se ajusten a ellos. Solo así pueden ser útiles y provechosos para todos. Si se genera incertidumbre sobre sus efectos futuros, simplemente se estará destruyendo el instrumento.Pero el voto en la Cámara de Diputados no es el fin de esta historia. Ahora se abre un período que puede durar un mes y medio, y que concluirá cuando la Rendición haya sido votada en el Senado. Mientras tanto, los sindicatos ya anunciaron que seguirán adelante con sus movilizaciones, incluyendo la interrupción de clases. Esto significa que se seguirá causando un grave perjuicio a los alumnos de todas las ramas de la enseñanza. Los sindicatos se pelean con el gobierno, pero los que pagan el mayor costo son los supuestos beneficiarios de la acción educativa. Ante esta situación, la primera tarea es no perder de vista lo que verdaderamente importa para nuestro futuro como sociedad. Y, cuando las cosas se miran desde ese ángulo, lo esencial no son las cosas que más preocupan a los sindicatos (si obtienen algún punto por encima del 3 por ciento, o cómo les descuentan las horas de paro) sino que los alumnos no vean desaparecer de manera irreversible la inmensa cantidad de horas de clase que ya han perdido por medidas gremiales. En el caso de Secundaria, el total de días de clase perdidos desde el inicio del año equivale a un mes entero de cursos. En Primaria y en UTU el daño no es tan grave, pero sigue siendo importante.En...