La próxima cruzada

Una nueva cruzada está en marcha. Así como hace un tiempo empezó la guerra abierta contra el tabaco, así como se lanzó el plan para regular el uso de drogas, y hasta del consumo de dulces en las escuelas y sal en los restaurantes, ahora el blanco es el alcohol. Una campaña que se vende lindo, pero que encierra un serio problema de fondo.

El anuncio lo hizo esta semana el presidente Tabaré Vázquez, quién aclaró que no se busca una Ley Seca, pero sí se controlar la publicidad, y disminuir la oferta, especialmente en estaciones de servicio. “Uno no va a la panadería a comprar nafta” explicó, mordaz, el Presidente.

Se dijo que preocupa el impacto del consumo abusivo de alcohol en accidentes de tránsito, violencia doméstica, y en el inicio en el consumo de drogas. Todo parece lógico y compartible, y hasta el dirigente sindical de la bebida estuvo de acuerdo con el plan. A fin de cuentas, ¿quién podría oponerse a un proyecto que busca enfrentar un vicio social tan extendido y negativo?

Bueno, los que ya mostraron su molestia fueron los dueños de estaciones de servicio. “Mi opinión es que hay gente muy amiga del presidente que tiene un problema contra nosotros. Y lo digo con nombre y apellido: Cambadu. En vez de preocuparse de algunas cosas, que se preocupen por darnos seguridad”, dijo el dirigente empresarial Daniel Añon.> > Pero hay otro enfoque que también se rebela contra este tipo de campañas, y es el que toma como centro de sus desvelos a la libertad individual y el derecho de las personas a manejar su vida como mejor les plazca. Un enfoque no ha sido demasiado valorado en la historia reciente del país, pero que no deja de ser vital a la hora de analizar políticas públicas como la que ahora se plantea.> > Por ejemplo, ¿cual es la real incidencia del consumo de alcohol en Uruguay? Más allá de que a muchos se hinchen de orgullo al comentar que somos el segundo país del mundo con mayor consumo de whisky per capita, la magnitud del abuso no parece tan extendida.

Somos el octavo país de toda América Latina en esa materia, uno de los continentes con menos consumo a nivel global, en un ranking donde las naciones de Europa del Este arrasan con holgura. De hecho el país donde más se bebe a nivel mundial es Moldavia. En Uruguay los consumidores problemáticos son un 9% de la población, y los alcohólicos declarados rondan el 4%.> A la hora de analizar el impacto del alcohol en los accidentes, tampoco ello parece algo tan chocante. Según cifras...

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