Puerta de escape el Estado ante las drogas

El centro es la cara más visible de una red de tratamiento de adicciones en Salud Pública que se instaló en el país en la última década. Las autoridades destacan que el sistema generó una respuesta, aunque reconocieron que aún falta avanzar en su llegada a todo el país y que se debe dar una respuesta a las mujeres con hijos que necesitan internación.

Sobre el asiento plateado y frío de la sala de espera yace un joven, con la cara tapada por su capucha, el cierre del vaquero abierto y la cabeza apoyada sobre las piernas de su madre. Por la expresión de la mujer, que lo protege poniendo una mano sobre su cabeza, se puede ver que está preocupada. Están a punto de ingresar al Portal Amarillo, probablemente por primera vez, para un tratamiento por la adicción del joven a alguna sustancia.

Por esa misma sala pasa Sebastián, de 22 años, que está en pleno tratamiento por su consumo de pasta base. Hace algunos meses, Sebastián estaba con la pipa en la boca, a punto de prenderla, cuando escuchó la voz de su hijo de dos años: "Papá, eso no". A partir de ese momento decidió que tenía que poner el freno a la sustancia que lo había separado de su pareja y amenazaba con hacerlo perder el apoyo de su familia. "Me partió el alma, mi hijo que tiene dos años se daba cuenta que eso está mal".

Como él, ya más de 8.000 personas pasaron por la institución en sus recién cumplidos diez años de trabajo. En 2015, se atendió a 300 personas que recibieron un promedio de tres consultas por mes en la modalidad ambulatoria. Al mismo tiempo, por su programa de internación pasaron unas 300 personas, y alrededor de 10 visitaron el centro en su atención diurna, de lunes a viernes.

El Portal Amarillo es el centro de referencia en el ámbito de la salud pública para la capital en tratamientos por consumo problemático de drogas. Se creó cuando prácticamente no había respuesta por parte del sistema para un problema que se había transformado en el gran cáncer de la sociedad tras la crisis del 2002. Desde entonces, las autoridades evalúan que tanto la institución como la red que se creó en todo el país lograron dar una respuesta, pero que esta necesita crecer. Que la atención llegue a todo el país y dar soluciones para la internación de madres adictas y con hijos son los dos aspectos más apremiantes.

Sebastián está orgulloso, lleva tres meses sin consumir. Por el optimismo con que habla de su recuperación, por un momento parece un cambio fácil de lograr. Antes de entrar al Portal...

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