Una rebeldía que regresa

Si algo caracteriza a la juventud es su ansiosa búsqueda de una identidad. Y si existió un cineasta que supo entrever que en cualquier joven se esconde un héroe trágico, ese fue Nicholas Ray.Se cumplió el 7 de agosto el centenario del nacimiento del director de Muerte en un beso, Mujer pasional o Rebelde sin causa (murió en 1979 a los 77 años de un cáncer de pulmón) y el Festival de Venecia será el primero en rendirle homenaje con el estreno mundial de su última película, We can`t go home again ("Nunca volveremos a casa"), completada y restaurada.Rodada a principios de los años setenta con sus alumnos del Harpur College de Binghampton y eternamente inacabada, la nueva versión incluye gran parte del metraje original gracias al trabajo de su viuda, Susan Ray. Ella también ha dirigido el documental Don`t expect too much ("No esperes demasiado"), una indagación en aquel último trabajo a través de sus protagonistas y de documentos desconocidos del archivo del cineasta. Todo el material viajará después a festivales de todo el mundo para recuperar la provocadora aventura final de uno de los grandes rebeldes de Hollywood, que por fin vuelve al lugar del que jamás debió ser desterrado: el cine. Por si fuera poco, Al Pacino interpretará en una película de Philip Kauffman, al anciano y errante director."Nick entró en la recta final de su alcoholismo cuando rodó We can`t go home again y quizá por eso yo siempre vi la magia y el amor que puso en ella, la enorme vitalidad que emana", explica desde su casa de Nueva York Susan Ray. "Muchas veces me he preguntado cuánto había en la película del pozo de su adicción, pero lo que he aprendido haciendo el documental es que él tenía muy claro lo que quería". We can`t go home again es una película experimental, rodada en todo tipo de formatos, en la que el propio cineasta es un personaje: Nick, un viejo y famoso director de Hollywood que imparte clases de cine en una universidad. En permanente caza de sí mismo, el viejo director reclutará a sus discípulos, en los que ve reflejados su propia búsqueda y sus anhelos, pero a los que finalmente, como en la fábula del escorpión y la rana, traicionará. En una entrevista de 1974, Ray explicaba así su papel en el film: "Interpreto a un traidor, típico de mi generación. Procede de un sentimiento de culpa. Mi generación ha sido la de mayores traidores de todas las generaciones que he conocido. Traiciones como pedirle a tu hijo que salte a tus brazos y, luego, retirárselos".La película...

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