Un recreo estudiantil entre los talleres y conferencias

Entre tantos talleres y conferencias, los jóvenes extranjeros que llegaron al congreso estudiantil se divierten en alojamientos improvisados. Para los organizadores ha habido una "buena participación" en las actividades programadas."Hubieran venido antes, no saben el quilombo que había", comentó a El País uno de los estudiantes brasileños que hacía sonar su pandereta al ritmo de una samba.En un sector de la ex fábrica de Alpargatas- devenida primero en cantina y centro de alumnos de la Facultad de Química y ahora en alojamiento de estudiantes extranjeros- el ambiente era de jolgorio, de Carnaval carioca para alegrar una tarde lluviosa y gris.Los jóvenes que participan del Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE) se hacen dueños de cada uno de los lugares donde están alojados y marcan la impronta de los países a los que representan.En la cantina de Química los norteños, con su desmesura habitual, hacían ruido y bailaban. Una escultural rubia se lucía en el medio de una ronda de músicos improvisados.Unos metros más allá, un grupo de argentinos jugaba una partida de truco. "Estudiantes de Río Cuarto. Fiesta", se leía en una hoja de cuadernola que marcaba de alguna manera el territorio. Habían otros carteles, por ejemplo uno que avisaba que las duchas estaban fuera de servicio.En medio de ese ambiente, propio de un campamento, el mostrador donde los estudiantes de Química compran repartidos y hacen fotocopias, intentaba seguir funcionando como en un día cualquiera. "Nosotros no estamos disfrutando esto, lo estamos sufriendo un poco", comentó un estudiante local sobre el congreso...

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