Reencuentro con Sartore, un pintor con magnetismo

Hugo Sartore expone pintura y objetos de madera (y metal) en la sala Punto de Encuentro de la Dirección Nacional de Cultura del MEC (San José 1116), durante agosto y septiembre.Para los viejos montevideanos con décadas de concurrencia a las muestras de pintura, este reencuentro con la obra de Sartore es también un ejercicio de recuperación de la memoria. Ausente del Uruguay entre 1975 y 2010, el artista cuelga ahora en la sala del MEC una larga serie de trabajos de dos vertientes de su producción, los diagramas constructivistas y los bodegones, una serie que incluye otras estampas urbanas. Salvo excepciones, sus cuadros no están fechados, dato que debe agregarse a la falta absoluta de membretes con información sobre técnica, dimensiones, título y año de realización de cada obra, que son referencias inseparables de la formalidad de una exposición, cuya ausencia parece grave en un espacio oficial donde actúan todos los coordinadores, diseñadores y productores que figuran en el folleto de la muestra.Un público joven carece así de toda posible ubicación de esas piezas en el tiempo, aunque hay una de 1980 que ayuda a entender esta selección como un acercamiento retrospectivo a la labor de Sartore. Para un observador veterano, ese viaje al pasado es también una grata experiencia, porque supone recobrar al pintor para un medio donde ya se había destacado en los años 60 y 70 como un talento con perfil propio. En efecto, sus bodegones habían permanecido en el recuerdo como ejemplos de sensibilidad y de perdurable encanto visual, que eran rasgos de un penetrante observador de su entorno y pistas de la identidad de un artista claramente impregnado por el paisaje de su ciudad.Al magnetismo...

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