La regla fiscal tras 4 años de cumplimiento

En Uruguay, la política fiscal en los últimos 50 años presentó tres características. En primer lugar, la prociclicidad, vinculada a comportamientos expansivos en épocas de boom que generaron ingresos superiores a los estructurales, y contractivos en períodos de recesión; exacerbando el ciclo económico. En segundo lugar, ciertos riesgos de insostenibilidad de las finanzas públicas, en ocasiones por dinámicas crecientes del déficit fiscal y la deuda pública, y en otras, por la materialización de shock externos fuertemente negativos. En tercer lugar, la discrecionalidad asociada frecuentemente a políticas expansivas en períodos electorales, a cuenta de ajustes posteriores en las siguientes administraciones.Bajo un enfoque estructural, la introducción de la institucionalidad fiscal en 2020 con una regla de tres pilares complementarios (que, además, se han cumplido por cuarto año consecutivo) ha sido acompaña por la mejora de una serie de indicadores de las finanzas públicas asociados a la prociclicidad y sostenibilidad de la política fiscal.Prociclicidad.Por un lado, se visualiza una reducción de la prociclicidad en el manejo de la política fiscal. Ello se refleja en primer lugar en el cálculo de la correlación (utilizando ventanas móviles de 5 y 10 años) entre el componente cíclico del gasto primario real del GC-BPS y el componente cíclico del PIB. Siguiendo la metodología utilizada por Végh et al., (2013) para la ventana 2019-2023 esta se aproximó a cero, indicando una política fiscal acíclica o independiente del ciclo económico. Por su parte, en la ventana de 2014-2023, el coeficiente de correlación mencionado se ubicó en 0,6, recogiendo una década donde la política fiscal fue menos procíclica que en los veinte años previos (donde alcanzó coeficientes entre 0,8 y 0,9).En segundo lugar, la medición del impulso fiscal a través del cambio en el balance cíclicamente ajustado y su comparación con el nivel y el cambio en la brecha del PIB también sugieren que la política fiscal habría sido acíclica en promedio entre 2020 y 2023. Habría presentado un sesgo expansivo en 2020 a razón del shock de la pandemia, contractivo en 2021 y 2022 consistente con la recuperación de la actividad, y levemente contractivo en el 2023 que mostró una desaceleración con señales mixtas. En efecto, el año pasado hubo signos negativos por el shock transitorio de la sequía y la diferencia de precios con Argentina, pero positivos por la continuidad en la recuperación del...

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