El retorno del fósil

En estos días se han vuelto a plantear propuestas para resucitar el acuerdo bilateral de reserva de cargas entre Argentina y Brasil o para instaurar una reserva de cargas regional dentro del Mercosur. La presidenta del Centro de Navegación, Mónica Ageitos, y el embajador González Lapeyre en una carta a El País, ya se han referido con gran solvencia al asunto. Solamente quedaría por agregar lo siguiente.Básicamente una reserva de cargas en el transporte marítimo es una medida estatal que tiene por objeto dirigir la demanda por bodegas generada por el comercio exterior de un país a los buques de su bandera (caso de la reserva de cargas unilateral), de dos países que tienen acuerdos de reserva de cargas (reserva bilateral), o un grupo de países asociados por un convenio regional (reserva multilateral). Existe una similitud con la reserva del cabotaje o la navegación fluvial a la bandera nacional. La diferencia es que mientras ésta reserva el tráfico a los buques de bandera nacional que navegan entre los puertos del mismo país, la reserva de cargas se aplica al tráfico marítimo internacional, con otros países.Es un instituto de larga data que incluye antecedentes tan venerables como las Navigation Acts inglesas del siglo XVII o el Reglamento de Comercio Libre aprobado por Carlos III en 1778.También es un instrumento que ha quedado obsoleto por varios motivos, incluyendo la globalización y el desarrollo tecnológico en la industria del transporte marítimo.Por su propia naturaleza, la reserva de cargas impone un impuesto que se mide en dinero o en demoras y otras ineficiencias al comercio marítimo. Ese costo adicional podría haber sido considerado como aceptable en décadas pasadas, cuando predominaba la noción del "crecimiento hacia...

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