'Que revienten los actores': un ejemplo de teatro político

El director y dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón ha crecido mucho en ambos oficios desde que estrenó "Mi muñequita", en octubre de 2004. Su obra "Ex-que revienten los actores", habla a las claras de esa evolución.El espectáculo, que se puede ver en La Gringa Teatro (en Galería de las Américas, 18 de Julio 1236 casi Carlos Quijano), tiene mucho para ofrecer al público, tanto desde el texto como desde el montaje, y tanto desde los sentidos como formalmente.La sala, que surgió con el pie derecho, con Bienvenido a casa, de Roberto Suárez, tendrá en cartel la obra de Calderón por cuatro funciones más, hasta el sábado 23. Luego el espectáculo sale de gira (entre el martes 9 y el viernes 26 de abril), para que lo vean públicos tan distintos como el boliviano y el francés. Y va a estar bueno que el teatro uruguayo esté representado en el exterior por una obra de este tema y estas características.En principio el asunto parece manido, pero desde el tratamiento que le da el autor no lo es. La dictadura uruguaya se va instalando de a poco en la escena, pensada y sentida por sus distintos protagonistas y sus descendientes. A su vez el autor cruza el argumento con elementos vinculables a la ciencia ficción, hecho que no le resta capacidad de meditar sobre la política y sus actores.El humor, el absurdo, no eclipsan las crudas realidades de los personajes. Cada uno siente y lucha desde su lugar, con choques duros, inevitables. El elenco también contribuye al éxito del montaje, muy recomendable, con actores de distintas generaciones y escuelas.Natalia Acosta, Diego Artucio (que está muy bien en su personaje), Marisa Bentancur, Dahiana Méndez, Ramiro Perdomo (que fue codirector de Mi muñequita), Gustavo Saffores y Alfonso Tort, dan lo que el texto y el director piden, ofreciendo un espectáculo redondo.La puesta, con muchos elementos metadiscursivos, mezcla la intensidad de los intérpretes (que están desaforados, como quemados por la realidad), con los juegos escénicos y los saltos temporales. El color del decorado, las paredes, la iluminación, el mobiliario, las ropas de los personajes, todo habla de lo que está sucediendo. En ese sentido el director trabajó y fue bien comprendido por Pablo Caballero (escenografía e iluminación) y Pablo Auliso (vestuario).Son muchos los aspectos de esta...

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