Los riesgos de pegarse a los logros de un celebrity

CLAUDIO DESTÉFANO* | claudio@bizers.com.arExplicar lo que hizo Lance Armstrong no es necesario, sobre todo desde el lunes, cuando la Unión Ciclista Internacional confirmó la quita de los siete Tours de Francia que obtuvo el ciclista en el período 1999-2005, tras aceptar la sanción por doping. Sí es bueno analizar sus consecuencias. Nike, que bancó a toda costa a Tiger Woods cuando le pasó lo que le pasó, esta vez decidió soltarle la mano al ciclista. Y tras la pipa (o swoosh, como dice la Real Academia de Oregon) empezó la catarata de deserciones.En los últimos días se conoció la de RadioShack, la marca de su bicicleta, Trek, y hasta los cerveceros de Anheuser-Busch, alias Budweiser, que también dijeron «basta para mí». Casi como caminando en puntas de pie, varias de las marcas que acompañan a Livestrong, la Fundación de Armstrong, manifestaron que, al menos por el momento, sus donaciones no se verán afectadas.Tener como celebrity a un deportista le trae muchas ventajas a las marcas, pero también algunos riesgos.Tres casos fueron los que sacudieron al ambiente previo al de Armstrong. El primero fue el de Kobe Bryant, basquetbolista de Los Ángeles Lakers con cinco anillos de campeón de la NBA, quien en 2003 fue acusado de un delito de agresión sexual. Si bien luego fue absuelto y pidió perdón públicamente, marcas como McDonald`s, Nutella y Ferrero le cancelaron el contrato. Lo de Adidas fue curioso, porque llegó a hacerle un modelo exclusivo de zapatillas. Hoy, Kobe calza Nike.Michael Phelps, el Tiburón de Baltimore, tenía sus pectorales repletos de medallas cuando en 2009 admitió haber mostrado un comportamiento lamentable, tras la publicación de una foto en la que aparecía utilizando una pipa de agua, aparato utilizado para fumar marihuana. La situación causó impacto en los sponsors, entre los cuales sobresalió Kellogg`s, que llegó a maridar al nadador con su emblemático tigre en varias de sus cajas de...