Los riesgos que plantean los rugientes años veinte del siglo XXI

Carlos steneri Este artículo es exclusivo para suscriptores> > Como si los cambios que aceleró la pandemia hubieran sido pocos, el despertar de la guerra en Europa delineará un futuro distinto al que imaginamos hasta hace poco. Se demolieron paradigmas de vieja data y otros de vida reciente. También se constataron nuevos riesgos que alumbrarán un nuevo ordenamiento internacional . Y se le agregó un halo de incertidumbre al devenir económico del mundo.Lo primero es reconocer de una vez por todas que las Naciones Unidas, hija de otra realidad, reiteró su inoperancia para resolver conflictos como el actual. Ya lo había demostrado ante intervenciones flagrantes de las potencias occidentales en el Medio Oriente y el norte de África a lo largo del siglo. Ahora se trata de un conflicto en el corazón del continente europeo, de consecuencias aún insondables, donde el organismo es un espectador más, salvo sus condenas altisonantes pero inefectivas. Hoy, la búsqueda de soluciones se procesa fuera de su ámbito a través de la revitalización de la alianza atlántica entre Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN. En suma, la institucionalidad creada en 1945, y en particular su Consejo de Seguridad, confirmó su irrelevancia actual.> > Como segundo hecho, figura la erosión de un ordenamiento mundial basado en una visión centrada en una globalización creciente integrada por países con regímenes cada vez más democráticos, abiertos tanto en lo político como en lo económico. La historia reciente muestra que ese proceso ha ido en reversa. En las últimas décadas, las autocracias como Rusia y el autoritarismo centralista del Partido Comunista de China, han ido ocupando espacios mayores en la arena internacional, ganando adeptos que admiran sus formas de gobierno donde la libertad individual se subyuga a lo colectivo, la libertad de prensa se la arrincona como una categoría relativa, la perpetuidad en el ejercicio del poder está validada y el nacionalismo puede usarse como una categoría necesaria para posicionarse mejor ante el resto del mundo.> > La lectura equivocada de estos acontecimientos hizo que Estados Unidos se retrajera de su rol preponderante en la alianza atlántica, concentrándose en su agenda doméstica. Europa desconoce esta realidad, pensando que si agregaba a las ex repúblicas soviéticas al espacio de la Unión Europea y la OTAN, resolvía un relacionamiento siempre complejo entre Rusia y el viejo continente. Hasta que le llegó el turno a Ucrania.A...

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