Negocio de ropa usada está en auge aunque vestimenta se encareció poco

MARCELA DOBALComprar ropa de calidad o de marcas de moda es cada vez más costoso en algunos centros comerciales, propiciando el crecimiento del negocio de casas de venta de ropa usada, donde prendas cambian de mano por valores hasta 70% más baratos."Nacen como hongos", dijo Ximena Bonifacio a El País, al ser consultada sobre el fenómeno de las tiendas de indumentaria de segunda mano. Es propietaria desde 2006 de "Zamira", ubicada sobre 18 de Julio, pleno centro comercial de la capital.Vende ropa para mujeres y algo para niños. Su local es pequeño, pero sostiene que la clientela es "muy fiel" y aumenta "año a año", a pesar de que no le hace publicidad al negocio. "Las clientas llegan de casualidad porque pasaron por la galería o si no por recomendación de amiga o conocido", dijo.Ese aumento en la afluencia de público lo observa a pesar de que el número de tiendas crece, aumentando la competencia por los clientes. "Veo que cada vez hay más tiendas. Se está imponiendo la cultura de la casa de compra y venta usada. Ya no se la ve como el revoltijo de ropa mugrienta donde compra gente que no tiene poder adquisitivo. Es otra cosa. Hoy compra gente que puede hacerse de ropa nueva, pero busca una prenda exclusiva, que no la tenga la vecina o la prima", indicó.La clave es que las prendas a la venta deben ceñirse a tres normas básicas: estar limpias, bien conservadas y ser actuales. Ese requisito fue señalado desde todas las tiendas de este tipo consultadas por El País. Así, existe el negocio de la intermediación que consiste en tomar las prendas, fijar un precio y la ganancia de la tienda es de entre 35% y 50%, según el caso (ver aparte).Otra característica común es que los precios de la ropa usada son mucho más baratos que los de prendas nuevas similares. "Tiene que valer la mitad como para que tiente comprarlo", explicó Bonifacio.Lo mismo fue señalado por Aline Beyhaut, quien junto a su socia María José Pérez son dueñas de los locales "Era mío" de Carrasco, Pocitos y Tres Cruces. La tienda abrió hace 10 años y si bien comenzó vendiendo indumentaria para bebé o para niño, fue acompañando el crecimiento de sus clientes y desde hace dos años también tiene prendas para adolescentes."Cuando viene la gente no solo encuentra buenos artículos, porque somos bastantes estrictas sino que además el precio representa un 30% o 40% del valor en mercado. Tratamos de que siempre convenga el precio", indicó. Beyhaut explicó que muchas madres compran vestidos para cumpleaños de 15...

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