El sí del candidato Vázquez

Como era previsible, la aceptación de su candidatura por parte de Tabaré Vázquez impactó más en el Frente Amplio que en las restantes tiendas políticas. Ante el pedido de sus sectores mayoritarios el elegido terminó por asentir aunque no sin plantear sus condiciones algunas de las cuales había adelantado con anterioridad. Y que no son menores: el nominado a vicepresidente deberá contar con su aval, la conducción económica permanecerá sin cambios de rumbo, deberá procurarse concluir con los proyectos pendientes por parte del gobierno saliente, no deben esperarse cambios políticos abruptos.Vázquez, no es un hombre dócil dispuesto a plegarse fácilmente a concepciones opuestas a su pensamiento, más cercano al centro del espectro que a los extremismos. Muy diferente al actual presidente inclinado a un estilo de conducción que media entre líneas divergentes a las que deja crecer para luego y no sin titubeos, imponer una transacción. Solo este particular manejo puede explicar que dentro de un mismo gobierno existan dos tendencias divergentes en materia económica, o que el Presidente primero rechace un proyecto, desairando a sus promotores y luego lo apoye, incomodando a sus críticos, tal como acaba de ocurrir con la ley de Medios. Sin que sus contradicciones dañen demasiado su reputación, más centrada en sus habilidades como comunicador que en su firmeza de carácter.Nada de esto es esperable en el Dr. Vázquez que asimila con dificultad las adversidades políticas o las negativas a sus propuestas y que hace de la coherencia y la firmeza en sus posiciones una dimensión relevante de su personalidad. Aunque no siempre ello, como ocurrió en el diferendo con Argentina, resulte lo más provechoso. Esto no implica que ignore que representa una coalición heterogénea que si bien tiende...