'Salió sorteado: lo vamos a fumigar'

Un vecino de Maroñas se inquietó al observar mosquitos de "aspecto raro" en su casa. Compró un frasco, capturó algunos y allí empezó su odisea por varias oficinas públicas hasta que, al final, le confirmaron que el mosquito era transmisor de dengue.Ruben Flores (57) vive en la avenida Pedro de Mendoza, entre Aparicio Saravia y Leandro Gómez, en el barrio Maroñas. Algunas tardes calurosas, cuando llega del trabajo (es capataz de obra) prepara el mate, saca la reposera y se ubica cómodamente en el frente de su casa.El sábado pasado mientras cumplía con su ritual de descanso, junto a su señora, observó cómo revoloteaban en su entorno algunos mosquitos "de aspecto raro", según definió a El País. "Me los puse a observar y me parecieron muy raros, desde su aspecto hasta cómo se desplazaban. Eran más lentos que los mosquitos comunes, y con algunas manchas blancas", describió Flores a El País.Dejando la pereza a un lado, se incorporó, buscó un frasco vacío de un cajón de la cocina y volvió al patio decidido a hacerse de algunas "muestras"."Te podrás imaginar que no lo iba a hacer si de verdad no me hubiese llamado la atención. Dejé que se posaran en algún lado y les di un golpecito".PERIPECIA.El lunes a las 9:30 de la mañana, antes de marchar al trabajo, pasó por el centro comunal de su barrio (el número 10) ubicado en Capitán Tula y José Belloni, a entregar las muestras. Pero la cosa ya empezó mal: el centro comunal abría sus puertas media hora más tarde. Y tuvo que esperar."Pensé en volverme pero decidí que estaba bien entregar el frasco para que se encarguen del asunto", narró a El País Ruben Flores. A las 10 de la mañana, cuando abrió el local, fue recibido por un funcionario.-Buenos días, soy vecino de acá a la vuelta. Tengo sospechas de que en mi casa hay mosquitos transmisores de dengue. Traje unas muestras para que las vean. ¿Cómo me pueden ayudar?- se presentó el trabajador, sin pensar que ese discurso lo iba a tener que repetir varias veces esa mañana.-Espere un momento- fue la respuesta del hombre que lo atendió.A los cinco minutos se plantó ante él una señora y la presentación de Flores se repitió. La mujer lo escuchó, miró los frascos siempre a distancia y le dijo que el centro comunal no era el lugar al que debía recurrir por este caso.-No lo podemos ayudar con esto, acá estamos para hacer trámites, señor.Desconcertado, el vecino le preguntó, entonces, qué hacía con esos mosquitos y con la duda que tenía desde el sábado. "La mujer me sugirió que...

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