Salud; esa discusión insalubre

El tema de la semana volvió a ser la situación de la salud. Y no por motivos positivos, precisamente. Por un lado, la ministra del ramo, Susana Muñiz, fue convocada al Parlamento para responder a una serie de denuncias del senador colorado Alfredo Solari que iban desde la proliferación de muertes evitables, hasta la presencia de "deliveries" de pizza en blocks quirúrgicos de hospitales públicos. Por otro, los gremios de Salud Pública se declararon en conflicto y resolvieron una serie de marchas hasta el 1° de agosto cuando iniciarán una huelga general con ocupaciones.Como si fuera poco, el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, mientras anunciaba que el déficit de las cuentas públicas en pleno "boom" económico llegará este año al 2,1% del PBI, (se preveía un 1,4%), informó que los "agujeros" en el Fondo Nacional de Salud implicarán partidas extra de hasta 200 millones de dólares para el año que viene. Resumiendo, un panorama complejo, en una de las áreas más complejas de la realidad nacional.Entre esas dificultades, resalta el aguerrido, y por momentos difícil de entender, estamento sindical que allí funciona. Por ejemplo, mientras muchos de los dirigentes históricos del gremialismo han sido incorporados a la conducción de la Salud Pública en estos últimos gobiernos, la conflictividad está lejos de descender. Llama la atención que el gremio por estas fechas, apoye a una doctora virulentamente enfrentada con ASSE, y defina como "persona no grata" a uno de sus jerarcas. Sobre todo porque en el directorio de ASSE se encuentra nada menos que Alfredo Silva, uno de sus más combativos dirigentes. Esto a la vez que otro de los dirigentes gremiales clave, Jorge Bermúdez, participando de una actividad política del Frente Amplio, denunciara el "clientelismo y las pugnas políticas" internas de ese partido, que a su modo de ver están dañando a la reforma de la salud.En esto, Bermúdez...