Sebastián Abreu y su fe en la Celeste, la forma de jugarle a Argentina y hasta la decisión que tomaron los dirigentes

edward piñónNo le provocó ninguna alarma lo que pasó ante Argentina y Brasil, porque recuerda que el grupo celeste que integró vivió momentos de extrema complejidad, donde no alcanzaba con sumar los puntos sino que se precisaban otros resultados. Se basa en las estadísticas para confiar que Uruguay irá al Mundial y está convencido que los jugadores volverán a lograr el objetivo. Sebastián Abreu es claro: "acá hay una base y un compromiso".-Cuándo les tocó vivir instancias complicadas en la tabla de posiciones, ¿de qué manera actuaron? ¿Cómo respondieron? ¿A qué apelaron? > -En comparación a lo que se vive ahora, nunca nos tocó vivir situaciones complicadas dependiendo de nosotros. Algunas veces necesitábamos ganar, pero también que se dieran algunos resultados. Y así y todo, con los resultados que podíamos esperar, nos podríamos acercar a la posibilidad, pero sin tener la chance inmediata de estar entre los cinco primeros. Por eso cuando veo la situación de hoy, más allá de que pueda estar la alarma por la forma que se pudo perder, principalmente con Brasil, si lo mirás fríamente y a falta de tan pocas fechas seguís dependiendo de vos mismo. Eso es plus fundamental. Solamente te centrás en tu rival sin tener que andar preocupándote de lo que hagan otros.-Pero por encima de eso, ¿crees que hay diferencia en lo anímico? > -No, no creo que sea diferente. Lo que viene o hay es mucha charla grupal, hablar de la realidad en la que estamos, ser conscientes de ella. Ser conscientes de lo que hay que mejorar y de lo que hay que seguir haciendo porque siempre alguna cosa buena tenés. Por ejemplo, pensando en lo que pasó en el partido contra Argentina hasta el gol de ellos fue un partido dinámico, intenso, donde generaste chances, lo complicaste...-Pará, te pregunto de nuevo: ¿Cómo respondieron ante la presión? ¿Qué hicieron para no hundirse o para que el grupo no se cayera? > -Había un grupo homogéneo, de estar un tiempo juntos, habían esas charlas que podía generar el cuerpo técnico por su lado y también las que de manera más criolla tenía el grupo. Ahí no había doble discurso y se iba al hueso para asumir que estábamos mal y que había que tratar de buscar alternativas para poder corregir, para mejorar. No hay misterio. La fuerza grupal y el convencimiento en el potencial del grupo fue lo que fue generando que en momentos adversos nos repusimos y se supo terminar consiguiendo el objetivo. Todas las Eliminatorias que me tocaron en el proceso fueron...

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