Sin seducción ni ilusión

Fue muy llamativa la celebración del comienzo de la cosecha de arroz inaugurada por el Presidente de la República y su ministro sectorial. Y lo fue, no solo por las visiones encontradas entre ambas jerarcas acerca del futuro de los productores participando en la industria correspondiente. Hay otras reflexiones que me generó y que quiero trasmitir: una económica, acerca de dónde parece estar para el Gobierno el foco de la competitividad sectorial. Y otra mucho más importante que es la que me viene a la cabeza cuando alguien plantea como el desiderátum de cualquier actividad, como si representara algo nuevo, a un conjunto de ideas antiguas largamente discutidas y aplicadas. Es a partir de esas antiguallas que me pongo a pensar qué es lo que le pasa a nuestro país -no solo al Gobierno- envejecido, poco capaz de plantear ideas que generen ilusión y, tras ellas, movimiento y acción, en éste y en tantos otros temas. Parecería que las viejas militancias ideológicas no pueden ser sustituidas y entonces, reiteradas y viejas, ya no podrán seducir a nadie. En efecto, no me imagino que frente a los problemas económicos, un productor pueda entusiasmarse con la sugerencia oficial de trabajar por tener una industria arrocera como forma de transformar favorablemente su realidad. Es obvio que para construir un país mejor, o en este caso un sector productivo arrocero mejor, hacen falta energías morales que solo pueden venir de ideas nuevas. En cambio, me pregunto cómo se puede generar ilusión si lo que se plantea como aspiración -así lo dijo el Presidente- es procurar por parte de los productores, como si ello fuera algo nuevo o inequívocamente exitoso, el control del procesamiento y la exportación del producto: es un planteo propio de una sociedad cansada, que no logra renovar sus concepciones motoras. Faltan ideas que remuevan, que animen, que seduzcan, que ilusionen.ANACRONISMO. Así lo llamó el senador Abreu quien señaló que el Presidente "desconoce las experiencias negativas que el Uruguay sufrió cada vez que se quiso que los productores controlaran la industria". Además, dijo que el planteo "destroza la idea de la complementación que tanto defendió el Ministro". Llama la atención, es cierto, que se plantee como nueva una idea que en el sector agropecuario tiene múltiples experiencias, algunas exitosas, muchas más que no lo fueron, también en el sector arrocero. Sorprende, asimismo, que en sentido contrario el Ministro defienda un régimen como el arrocero, en el cual...

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