Serrat habla de su momento actual y empieza nueva gira en Montevideo

Sigue siendo el poeta de las pequeñas cosas. Con 70 años, empezará a celebrar medio siglo sobre el escenario en Montevideo, en febrero, después de editar "un objeto".Hoy afronta la tarea de reconstruir ese pasado en el que ha sido feliz y nos ha hecho felices. Nació el 27 de diciembre de 1943, en Barcelona, y le ha cantado al amor, al Mediterráneo, a las pequeñas cosas. Su vida y su voz están unidas a las vidas y a las aspiraciones de varias generaciones de españoles y de latinoamericanos que ven como propios el barrio de Serrat, su mar, sus creencias, las imágenes y las palabras a las que ha puesto música. Ahora prepara un disco en el que comparte canciones con amigos y colegas como Ana Belén, Víctor Manuel o Miguel Ríos, Lolita, Quico Pi de la Serra, Pablo Alborán. El disco se llamará Trencadís y lo estrenará en febrero en gira que comenzará en Uruguay, continuará por América y concluirá en España. Le hemos visitado en días de sol, y del verano nos ha hablado como parte indisoluble del entusiasmo por vivir en el que nos educó a tantos con su voz. Habló también, de cómo escribe, en el otoño de su vida, cuando llega el verano.-¿Le gusta escribir con este tiempo?-Me cambia mucho la vida. Soy una persona que ama y agradece mucho el buen tiempo, incluso el calor. Amo el calor, el agua y el mar desde que empieza el verano hasta Navidad. A lo largo de todas mis actividades artísticas he procurado desplazarme a la América austral en los meses de invierno, para pasar dos veranos al año. El verano lo representa perfectamente un melocotón, comerme un melocotón bien jugoso, que se me escurra el líquido por la barbilla y que me deje las manos pegajosas…, eso es perfecto.-En sus composiciones hay siempre tiempo. Canción de cuna es autobiográfica, como una postal que le mandara la infancia: "Por la mañana rocío, al mediodía calor, por la tarde los mosquitos, no quiero ser labrador".-La vida del niño cambiaba absolutamente cuando llegaba el verano, cuando se encendían las hogueras de San Juan quemábamos todo el año y te ibas a la playa en libertad. O la familia te mandaba al campo. Todo aquello cambiaba absolutamente la vida. Es la relación del niño con el agua, con las balsas, con los sapos, con esos insectos que flotan, con los barbos, con todos los seres vivos… Y de alguna forma la tristeza que nos acompañaba cuando nos separábamos en septiembre y teníamos que empezar a renunciar a aquellas escapadas.> Si no puede ver el video haga click aquí-¿Dónde estaban esos...

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