Con siete poetas por banda

EL ESPAÑOL Juan Carlos Reche vivió un tiempo no muy largo en Montevideo, pero dejó una marca considerable en el campo de la poesía, a través de su colección Nomeolvides. De gustos muy definidos en cuanto al diseño de los textos, la simple hojeada a uno de sus libros hace advertirlo, antes de leerlo. Por otra parte abrió una ventana grande a poetas de otros países. Un primer impacto fue la traducción que hizo Andrés Echevarría de Los lamentos, libro de Jules Lafforgue. Después fue la poesía argentina: Fastos, de Arturo Carrera y Campo Albornoz, de Osvaldo Aguirre. En el campo uruguayo, incluyó Vacío, nombre de una carne, de Eduardo Milán (que vive en México) y está anunciada una recopilación del muy agotado Jorge Medina Vidal.En el plano de la numerología, la colección parece relacionada con fuerza al número 7. Son siete los libros anunciados desde un principio. Ahora se dan a conocer dos antologías (con lo que se llega a 6 títulos), que juntas dan a conocer la poesía que se escribe últimamente en la península ibérica. Cada una incluye 7 poetas. Como una especie de acercamiento de lupa, uno de los españoles, Carlos Pardo, tiene libro propio: Hacer pie.Las dos antologías incluyen una buena cantidad de material informativo, ensayístico y de opinión. En el caso de la poesía española es casi excesivo. Hay un largo y sustancioso prólogo de Reche, más una entrevista a cada poeta, más una ficha biobibliográfica. Una utilidad del prólogo es definir las características de los nacidos en los años años 70. Para mejor entender el nuevo eje, se habla de los antiguos, que incluían la casi obligatoriedad de dos elementos: el cambio y lo joven. Más la compleja idea de elegir. "La vieja paradoja de la elección", afirma Reche, "ha sido sustituid por la nueva y preferible libertad del eclecticismo". A diferencia de antologías anteriores, que subrayaban la influencia de españoles, aquí el campo es geográficamente...