Sólida recreación histórica con una gran labor actoral

FICHAEE. UU. 2012. Título original: Lincoln. Director: Steven Spielberg. Guión: Tony Kushner, sobre libro de Doris Kearns Goodwin. Fotografía: Janusz Kaminski. Música: John Williams. Producción: Kathleen Kennedy, Steven Spielberg. Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Sally Field, David Strat- hairm, Tommy Lee Jones.Es tal vez una película inesperada. Si a uno le dicen que Steven Spielberg está preparando una película sobre Abraham Lincoln, lo primero en lo que seguramente va a pensar es en un relato impregnado de una respiración épica, que se extienda largamente en el tiempo y abarque un amplio trecho de la biografía de su personaje, acaso desde sus comienzos campesinos o su trabajo como abogado, su entrada en la política y sus años en el Capitolio o la Casa Blanca, hasta el disparo fatal recibido en el palco del teatro Ford el 14 de abril de 1865.El libreto podía centrarse también, exclusivamente, en los años de su presidencia, que pueden contarse entre los más dramáticos de la historia de los Estados Unidos, cuando la misma Unión estuvo en juego: los tiempos de la Guerra de Secesión. Y ello habilitaba la inclusión de escenas de batalla (Shiloh o Gettysburg), vastas secuencias de acción, panorámicas de cientos o miles de soldados en marcha. Lo épico, otra vez.Hay empero una única escena de batalla en Lincoln, está muy al principio de la película, e importa únicamente como constancia de que hubo soldados negros que pelearon esa guerra. Inmediatamente después, el protagonista (estupendo Daniel Day-Lewis) dialoga con uno de los combatientes, y el libreto pone inteligentemente en labios de este último, no del presidente, la Oración de Gettysburg. Es una forma de recordarle a Lincoln sus promesas y algunas de las razones de la guerra, y para impulsarlo a lo que viene después: la larga pelea política que implicó la aprobación de la Decimotercera Enmienda de la Constitución norteamericana, que determinó la abolición de la esclavitud. Ese debate absorbió...