Un talento casi inabarcable

Fallecido el domingo a los 46 años, el actor Philip Seymour Hoffman dejó uno de los recorridos más singulares de la actuación de estos tiempos. Se destacó como un versátil secundario, brilló como protagonista y también pasó por el cine independiente y el teatro.Las mismas palabras, de una u otra forma, se vienen repitiendo desde que se conoció la fatídica noticia: "Fue el mejor actor de su generación". Esa a la que, años más, años menos, pertenecen Edward Norton, Cate Blanchett, John Cusack, Julia Roberts, Ethan Hawke, Sandra Bullock, Robert Downey Jr., Renée Zellweger y un largo etcétera. Es la generación nacida en la segunda mitad de los años 60, cuando los cambios sociales y la liberación empezaban a manifestarse y el movimiento hippie entraba en apogeo para caer al entrar en la década siguiente. Y Seymour Hoffman llegó al mundo el 2 de julio de 1967, en pleno Verano del Amor."Tenía un talento enorme", dijo Tom Hanks. "Esta es una de esas ocasiones en las que dices no, esto no debería ocurrir. Era muy joven y talentoso y tenía tanto que vivir", lamentó Robert De Niro. "Querido Philip, un alma bella, bella. Para los más sensibles tanto ruido puede ser insoportable. Bendiciones para tu corazón", rezó Jim Carrey. Los mensajes fueron muchos.Tenía 46 años pero su aspecto (rubio blanquecino, facciones desgastadas y algunos kilos de más) y su filmografía hacían pensar que tenía unos cuantos más. Los números son impactantes. En cine, actuó en más de cincuenta películas y debutó en la dirección en 2010 con Jack Goes Boating. En televisión, estuvo tres veces nominado al Emmy, destacándose por Empire Falls (2005). También era un apasionado del teatro (una de las razones por las que siempre permaneció radicado en Nueva York), con una decena de actuaciones, cinco créditos como director y ocho como director artístico. Por True West (2000), Long Day`s Journey into Night (2003) y Death of a Salesman (2012) estuvo nominado a los premios Tony."Es imposible un buen trabajo sin el apoyo de tus compañeros. Hay quien dice que actuar es como hacer el amor. Tampoco estoy de acuerdo. Es demasiado simplista pensar que actuar es lo mismo que seducir", dijo una vez. Seymour Hoffman actuaba apoyando a sus compañeros y apoyándose en ellos; los potenciaba cuando era secundario y se elevaba con ellos cuando era el protagonista. Y era furiosamente seductor, casi sin excepción. También era uno de esos actores secundarios que terminan "robándole" el protagonismo a la gran estrella.Hizo...

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