Tiempo de capimunismo

No figura en el diccionario de la Real Academia ni mucho menos. Pero no cabe duda que la palabra se gestó a la luz de realidades actuales, nació, es usada cada vez con mayor frecuencia (especialmente en ámbitos estudiantiles) y define un esquema de gobierno u organización económica que según cánones tradicionales, debería ser imposible: el abrazo entre capitalismo y comunismo.He aquí el vocablo: capimunismo. Y cuenta con derivados: capimunista, capimunismo tupiniquim (versión brasileña) y otros. Estamos ante un término que va invadiendo a Occidente como supieron hacerlo otros en su momento, luciendo como brotes circunstanciales (dandismo, hippismo, radicalismo chic, metrosexualismo y tantos más que luego demostraron haber llegado para quedarse.Si personajes como Marx, Lenin, Stalin, Mao y Ho Chi Minh resucitaran y se enteraran de su existencia, caerían de espaldas. Sin embargo, es innegable que el capimunismo existe y cada vez tiene más notoriedad dada su sencillez para definir a quienes predican comunismo pero no dudan en dejar de lado su prédica, en especial al momento de agrandar sus tesoros. En China los gobernantes acuñados dentro del Partido Comunista invocan la infalibilidad de su socialismo, aplican con severidad las restricciones a los derechos humanos a fin de que nadie se atreva a protestar y no dudan en acumular fortunas que amasan abrazándose a formas de producción dignas de un feudalismo del nuevo tiempo. En Vietnam igual: mientras condenan a cadena perpetua a escritores que se atreven a pronunciar leves palabras de disenso, logran grandes ganancias haciendo producir a gente que vive en niveles de cuasi-esclavitud. Y esto sigue su camino: ya nos están llegando desde Brasil las noticias sobre la expansión del capimunismo...

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