Todas las semanas un nuevo disparate

ROBERTO CACHANOSKY | DESDE BUENOS AIRESPrácticamente no hay semana en que el gobierno argentino no establezca alguna nueva regulación, prohibición, viole algún derecho individual o de propiedad e ignore el orden jurídico vigente.La maraña de regulaciones en materia de precios, tarifas de los servicios públicos, cambiarias y de todo tipo lleva a nuevas medidas intervencionistas.Al ver la evolución que está teniendo este intervencionismo y estatismo asfixiante recurrí, como de costumbre, a viejos libros que me sirven de cabecera. En este caso me acordé de un libro de Robert L. Schuettinger y Eamonn F. Buttler: Control de Precios, 40 siglos de fracasos. En ese libro se toman casos de Sumería, Babilonia y otros más. Para citar un ejemplo divertido y tratar de llevar este calvario económico lo mejor posible, cito el caso de India en el año 321 A.C. Resulta que en esa época se hablaba de controlar a los comerciantes y artesanos. Un filósofo y político de esa época llamado Kautilya recomendaba nombrar superintendentes para una gran variedad de actividades como la venta de licores, alimentos, y aquí viene lo divertido, hasta las damas para la noche. Así, en una cláusula sugería que un superintendente determinara las ganancias de cada prostituta. Para determinar las ganancias escribió una nota que decía: "belleza y talento son los únicos atributos que deberán tomarse en cuenta al seleccionar una prostituta". De más está decir que este burócrata no aclara qué es belleza, y respecto al talento se desconoce cómo lo determinaba.Lo anterior es ilustrativo del grado de barbaridades económicas que se han cometido a lo largo de la historia de los controles de precios. Pero pasando por alto los casos del Edicto de Diocleciano, la Revolución Francesa y tantos otros casos más, me interesa detenerme en el caso del nazismo. En el primer período nazi se dictaron más de 7.000 decretos entre 1933 y 1936 que prohibían aumentar los precios, regulaban las condiciones de pagos, créditos y descuentos. En una entrevista que el corresponsal de guerra Henry J. Taylor le hizo a Hermann Goering en 1946 en la prisión, hablando de economía, el jerarca nazi le dijo: "Ustedes en su América están tomando una serie de medidas que a nosotros nos causaron problemas. Están intentando controlar los salarios y precios, es decir, el trabajo del pueblo. Si hacen eso, también deben controlar la vida del pueblo. Y ningún país puede hacerlo en forma parcial. Yo lo intenté y fracasé. Tampoco puede hacerlo...

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