De uno... y de todos

¿Acaso por ser cuestión personal de quien esto escribe? ¡Claro que sí! Tiene que ver con los afectos iniciales que en uno vibran como persona y ciudadano. Pero precisamente por eso vale: lo íntimo y subjetivo nos reúne en el milagro de sentir a semejanza de nuestros prójimos.> > Tras la derrota del Quebracho, el 16 de junio de 1886 José Batlle y Ordóñez creó El Día como diario de prédica. Desde esa esencia, en 1933 luchó contra la dictadura de Gabriel Terra, en 1945 se negó a enarbolar la bandera totalitaria soviética y en 1973 enfrentó la dictadura militar montada sobre el perjurio constitucional de Juan María Bordaberry. > > Podríamos revivir las imágenes, alegrías y dolores de El Día sin necesidad de repasar el archivo de fotos de Juan y Coco Caruso, que el destino terminó trayendo a esta casa de El País. Podríamos recordar las plumas de fuste -González Conzi, Fusco, Barbagelata, Tarigo, Sanguinetti y tantos- y podríamos evocar la noche en que Jorge Batlle salió de la caserna donde estaba preso por revelar lo que los militares golpistas apalabraban con Amodio Pérez.> > Pero nuestros recuerdos sobrepasan el anecdotario, aun histórico y nutrido. Y van más allá de las singularidades partidarias del ideario batllista que a El Día le valió hinchas y detractores, por ser casa gubernista que muchas veces estuvo en la oposición. > > Nuestros recuerdos se trasfunden en conceptos. Y entonces reencuentran un cimiento fundamental de la República: la fe inquebrantable que los grandes forjadores depositaban en la misión del pensamiento orgánicamente volcado en la prensa. Todos avizoraban una ciudadanía pensante, con lucha de ideas, convicciones y principios. > > Desde 1878 -cuando Zorrilla de San Martín fundó El Bien...

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