Treinta años de Plan Real en Brasil: el papel de la Unidad de Valor Real

Hace 30 años, el 1 de marzo de 1994, entraba en vigor en Brasil la Unidad de Valor Real (URV), una moneda virtual que funcionaría como unidad de cuenta para hacer la transición de la moneda actual, el Cruzeiro Real (CR$ ), para la nueva moneda que se pretendía crear, el real (R$). En ese momento, la inflación acumulada en 12 meses por el IPCA rondaba el 2.500%. Comenzó entonces la segunda fase del Plan Real, cuyo objetivo era lograr cierto alineamiento de los precios relativos antes de fijar el ancla nominal que finalmente interrumpiría el proceso inflacionario crónico que había afligido al país durante veinte años.Antes del Plan Real, al menos cinco intentos de controlar la inflaciónincluidos cuatro congelamientos y una confiscación de activos habían fracasado. Entre las lecciones de estos fracasos se encuentran: (i) una mejor comprensión del papel de los desequilibrios fiscales en el proceso inflacionario; (ii) la percepción de que los congelamientos de precios, salarios y otros ingresos tienden a ser cada vez más ineficientes, entre otras razones porque son cada vez más anticipados por los agentes económicos; y (iii) para evitar que las expectativas de inflación acelerada se conviertan en una profecía autocumplida, se necesitaría transparencia en la conducción del proceso de estabilización para reducir las incertidumbres.El Plan Real fue diseñado considerando estos tres aspectos. Su anuncio, con una definición clara de los pasos, se produjo en octubre de 1993, cuando se envió al Congreso una legislación destinada a reducir el grado de rigidez del presupuesto federal debido a la excesiva vinculación de los ingresos tributarios con gastos como educación, salud, seguridad social y fondos constitucionales. Los recursos derivados de este desacoplamiento se dirigirían al Fondo Social de Emergencia (FSE), permitiendo financiar gastos "no protegidos" por el desacoplamiento, sin presionar el déficit primario y la deuda pública. Aunque insuficiente para asegurar un equilibrio fiscal sostenible, la aprobación del FSE por el Congreso el 24 de febrero de 1994 fue percibida como un compromiso con la austeridad fiscal, allanando el camino para la segunda etapa del Plan, la URV.La experiencia de planes de estabilización anteriores enseñó que, en general, la interrupción repentina del proceso inflacionario (por ejemplo, mediante una congelación) dejaba como legado desequilibrios entre los precios que acababan de corregirse y los que se corregirían poco...

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