En tres horas cruzaron a nado hasta la Isla de Lobos

Los nadadores, de 40 años de edad, oriundos de Argentina, y residentes en Punta del Este y José Ignacio, partieron antes del alba desde las rocas cercanas a la Punta de la Salina, en el límite más austral que divide las aguas del Río de la Plata y el océano.

La decisión de realizar la travesía ayer, la tomaron el viernes:> > “Mañana es el día”, le dijo Arturo a Ignacio. El clima se presentaba ideal y acababa de hacerse la luna llena.> > Ignacio había llegado al balneario el jueves, después de tres días de vuelo desde Indonesia, con cambio de aviones y una brutal diferencia horaria, pero no fue excusa para posponer el desafío.> > A las 6:15 de la madrugada estaban en el puerto para confirmar la presencia del bote de apoyo de Prefectura, a bordo del cual iban el patrón del barco, un oficial, un socorrista y una enfermera, encargada de la alimentación y la hidratación de los nadadores. > > Se enfundaron los trajes de neopreno “porque sabíamos de la presencia de aguavivas de la peligrosa especie Fragata Portuguesa, cuyos filamentos pueden alcanzar los dos metros”, dijo Arturo a El País. Y después, se lanzaron al agua. “Salimos con la luna llena a nuestras espaldas y el sol que comenzaba a asomar por el Este. Debido a las olas, se hacía muy difícil, en la primera hora, divisar el faro de la isla”, contó Arturo. > > “Pasada la hora y media, hicimos una pausa para hidratarnos y alimentarnos con geles. Nos abastecían desde el barco de apoyo. Me sentía tan bien que le dije a Nacho: ¿Y si hacemos ida y vuelta?”.

A medida que nos acercábamos a la isla empezamos a tener compañía, prosigue Arturo.Se veían como rayos de color metálico que nos pasaban por debajo (no se podían identificar por la oscuridad del...

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