Trump y los liliputienses

Sin embargo, no se le cumplió su deseo y en cambio se le dio un aburrido nombre del que nadie se acuerda. No obstante, ¡todavía hay tiempo para cambiarlo! Así que permítanme proponer, siguiendo la sugerencia de un lector, que se le conozca como la Ley Leona Helmsley, en honor a la hotelera neoyorquina sentenciada por evasión de impuestos, cuya declaración se hizo famosa: "Solo los liliputienses pagan impuestos".

Después de todo, ese es el meollo del proyecto de ley. Favorece a los ricos por encima de la clase media, lo cual casi siempre sucede con las propuestas republicanas. Sin embargo, no se trata solo de favorecer a quienes tienen ingresos elevados: también favorece sistemáticamente a la gente que vive de sus activos, en especial de riqueza heredada, pasando por encima de los liliputienses, es decir, los pobres asalariados que sí tiene que trabajar para vivir.

Para darse una idea de por qué, consideremos a cuatro contribuyentes hipotéticos y cómo les iría con el proyecto de ley republicano.

Primero, está la familia típica de la que sigue hablando Paul Ryan, una familia con dos niños en la que los padres ganan USD 59.000 al año. En el primer año de la Ley Recortes, Recortes y Más Recortes, dicha familia en realidad recibiría un recorte fiscal. Sin embargo, este recorte proviene de diversos créditos fiscales especiales que básicamente son artículos promocionales que ayudan a vender el plan; todos expiran a los pocos años o se erosionarán con la inflación. Para 2027, con el plan totalmente implementado, esa familia ejemplar en realidad tendría que enfrentar un aumento de impuestos significativos en relación con la ley actual.

Segundo, pensemos en alguien que se encuentra en un estrato superior, pero que también trabaja para vivir. En la película "Wall Street", Gordon Gekko se mofa de alguien con "un trabajo en Wall Street de 400.000 dólares al año, que vuela en primera clase y está cómodo". ¿Qué le pasaría a ese tipo? Bueno, he hecho algunos cálculos aproximados: si no se toman en cuenta las deducciones, acabaría pagando unos cuantos cientos de dólares menos en impuestos. Sin embargo, una vez que tomamos en cuenta las deducciones perdidas, en especial las deducciones reducidas de los impuestos estatales y locales, casi con seguridad acaba con un aumento de impuestos, no un recorte. Claro que no solo los apretados de Wall Street se encontrarían en esa situación: lo mismo sucedería con los médicos, abogados, ingenieros y otros profesionales...

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