Trump se rindió a la calidez de Uruguay

Con su característico pelo rubio peinado impecable, y lejos de su imagen habitual de arrogante, Donald Trump exhibió buen humor y simpatía al anunciar en Nueva York su proyecto de construir una torre con su sello tradicional en Punta del Este.Con vestimenta informal, el pelo peinado hacia atrás con gel y un habano en la boca, ingresó un veterano a la sala en la que una veintena de personas, en su mayoría periodistas de varios medios del mundo, esperaban la llegada de Donald Trump, en el piso 25 de la Trump Tower de la Quinta Avenida en Manhattan, donde el magnate anunció el miércoles su llegada a Uruguay.El excéntrico de pelo engominado se sacó el habano de la boca y dijo en tono jocoso: "¿Estaban esperando por mí, verdad?"Los presentes se miraron, curiosos. Eric, uno de los hijos de Trump, reprobó el chiste y el hombre se retiró de la habitación. Se trataba de un inversionista, fanático de los proyectos de Trump, que seguramente se haga de una de las unidades de la Trump Tower de Punta del Este.Es que el afamado empresario, uno de los popes de los negocios inmobiliarios alrededor del mundo, causa sensaciones extremas en las personas. El odio se lo ha ido ganando tal vez por su marcado alto perfil y sus tajantes comentarios, de los que no escapó ni el propio presidente, Barack Obama, a quien durante la campaña electoral acusó de haber nacido en algún país extranjero.Para los uruguayos el sentimiento debería ser, si no amor, al menos empatía y orgullo, porque el magnate no sólo anunció una inversión de US$ 100 millones en ese pequeño país de Sudamérica, sino que la estampa de su marca en el principal balneario del este uruguayo pone al país en el mapa mundial de los principales inversionistas. Seguramente también sea el disparador de más proyectos, porque el estadounidense (uno de los principales objetivos del nuevo proyecto inmobiliario) querrán disfrutar de más entretenimiento del que hoy ofrece Punta del Este.Durante la presentación, Trump se salió de la agenda y pidió unas palabras al cónsul uruguayo en Nueva York, Carlos Orlando. Éste improvisó un mini discurso. "Es simple y claro, Uruguay es el mejor lugar para invertir", dijo. El magnate consideró que el diplomático había utilizado las palabras perfectas y luego, en entrevista con El País, aseguró que era muy bueno. Sin embargo, ellos no se habían visto más de tres veces. Luego del anuncio, Trump halagó la corbata de Orlando; éste le dijo: "Claro que es linda, es marca Trump".Sin embargo, la que el...

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