Unidos para siempre por un trasplante

Un trasplante de riñón unió aún más a dos jóvenes hermanos fernandinos. No hubo dudas. Desde el primer momento se apoyaron uno en el otro hasta salir airosos del mal trance. Ahora ambos ven la vida de una manera diferente.Cada tanto, el más conocido de los consejos del Martín Fierro se cumple. A rajatabla. "Los hermanos sean unidos. Porque ésa es la ley primera", escribió hace tiempo el argentino José Hernández.Joaquín González tiene 26 años, casado y con dos hijos. Sebastián, de 27, es soltero. Son hermanos. Desde el 26 de febrero pasado la vida y un problema renal los unió aún más. Joaquín lleva, desde ese día, un riñón de Sebastián.El gesto de su hermano permitió que Joaquín mañana lunes recobre parte de su vida al reintegrarse al trabajo. Y que, en pocas semanas más, pueda volver a practicar deportes. La vuelta a la normalidad luego del terrible golpe que sufrió el año pasado cuando le diagnosticaron, a partir de un pico de presión que casi se lo lleva puesto, un problema renal.Ambos forman parte de una familia de Tacuarembó que, muchos años atrás, resolvió mudarse a Maldonado buscando nuevos horizontes. Con esfuerzo y empeño esta familia compuesta por otros dos hermanos encontró su lugar bajo el sol esteño.En septiembre del año pasado la empresa en que trabaja lo mandó a desempeñar funciones en el departamento de Treinta y Tres. Joaquín se encontraba en ese lugar el 20 de septiembre.Ese día descubrió que era hipertenso. Pero no la causa que lo provocaba. "Siempre fui un tipo que hizo deporte, nunca sufrí nada raro, me cuidada en las comidas. También es cierto que los viajes desde Maldonado, y el estrés que eso provoca, pudieron afectarme. Creo que fue una mezcla de todo un poco", explicó Joaquín.De regreso a Maldonado comenzó con los estudios de rigor esperando que el resultado de los mismos diera algo normal más allá del problema de hipertensión. Empero, esos resultados dejaron en claro que su sistema renal estaba complicado, afectado por alguna razón.En dos semanas los resultados advirtieron que Joaquín presentaba una nefropatía. La cobertura extra de atención médica le permitió concretar todos los estudios y análisis en medio de dos semanas."Fue el día más duro. A mediados de octubre del año pasado. Me senté frente al médico para escuchar cómo me explicaba que yo sufría una nefropatía IGA. Cuando me explicó qué era, en el 90 por ciento de los casos, una enfermedad crónica se me congeló el cuerpo. Cuando pregunté qué iba a pasar conmigo, el médico...

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