El Uruguay y su gente

Hace años, publiqué un libro con el título de esta nota; y el tema me vuelve; cada tanto junto datos diversos y entreveo qué está pasando en el fondo de nosotros, los uruguayos.Al componer "1611-2011" (un contrapunto entre la historia de la economía y la cultura del país) tuve un tropiezo y perdí mucho tiempo tratando de entender una situación inexplicable.Por fin, llamé a Ricardo Pascale en consulta: ¿Cómo es posible que durante los años dorados, cuando el inicio del novecientos, el Uruguay haya padecido en treinta años, dos crisis financieras terribles, una crisis económica gravísima y haya incurrido en un típico default; y al mismo tiempo ¡el país haya tenido un formidable desarrollo humano y material!?Pascale pensó un rato y me remitió a la tesis de los "Animal spirits" que John Maynard Keynes desarrolló en "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero." Keynes mostró en ese libro de 1936, hasta dónde, factores puramente sicológicos (entre ellos la confianza, la alegría de vivir, la paz reconquistada y otros elementos ajenos a la lógica) pueden influir en el comportamiento social y pueden crear momentos culminantes... o desastrosos. Un factor ajeno a los números comprobados puede engendrar una bonanza o más que eso, un aggionamento; o por lo contrario, puede desembocar una crisis devastadora, fuera de toda lógica.Keynes dice: "Aun haciendo a un lado la inestabilidad debida a la especulación, hay otra inestabilidad que resulta de las características de la naturaleza humana: gran parte de nuestras actividades positivas dependen más del optimismo espontáneo, que de una expectativa matemática.Quizá la mayor parte de nuestras decisiones de hacer algo positivo, cuyas consecuencias completas se irán presentando en el futuro, solo pueden considerarse como el resultado de los animal spirits (el ánimo irracional de las personas) un resorte que impulsa a la acción con preferencia por sobre el desánimo; por encima de los promedios ponderados del beneficio cuantitativo, multiplicados por las probabilidades cuantitativas."Un hombre inteligente, Víctor Soliño, el letrista que escribió "Adiós, mi barrio", me dijo lo mismo, con menos palabras; me dijo: "En nuestra época (el 900) era fácil ser joven"; pertenecía a la generación de la troupe ateniense, a los años locos, al entusiasmo de los tiempos de don Pepe Batlle.Los inmigrantes que cruzaban el Atlántico, quemaban las naves; venían para quedarse y hacerse la América; y eran mayoría; y no los paraba nadie...

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