En Uruguay hay 8 investigaciones científicas con seres humanos

DÉBORAH FRIEDMANNMiedo. Eso fue lo primero que sintió Miriam cuando le propusieron probar en ella una nueva combinación de drogas para la artritis. Pero al miedo le siguió la esperanza. La esperanza de que ese dolor terrible cediera, le permitiera dormir. Y vivir. Así que aceptó.De ese día transcurrió un año y medio. En ese entonces, esta mujer de ahora 53 años hacía ya más de una década que padecía poliartritis, una patología caracterizada por la inflamación de las articulaciones.Estaba desesperada. "Los dolores eran horribles y el tratamiento no me estaba haciendo efecto", recuerda. Le dolían las manos, le dolían las articulaciones de los brazos, le dolían los tobillos; le costaba moverse. A veces no conseguía cocinar o hacer tareas básicas en su hogar. En muchas otras ocasiones tuvo que dejar de ir a su trabajo como empleada doméstica.De noche venía, sin dudas, la peor parte. El dolor era constante, no le permitía dormir. "Mi marido pasaba las noches en claro conmigo", dice.Con ese panorama decidió aceptar la propuesta. Cuenta que en el Hospital Maciel, donde es paciente, le explicaron los posibles riesgos de la prueba. Que los leyó y que debió firmar un consentimiento. También tuvo que hacerlo un testigo. Sintió que el procedimiento "estaba muy bien" hecho: "Me sentí muy cuidada". Esa es una suerte que no todos los pacientes corren (ver nota aparte).Miriam ingresó a un ensayo clínico patrocinado por el laboratorio Roche que tenía como fin determinar la efectividad de combinar dos drogas (tocilizumab y metotrexate) para reducir síntomas en pacientes con artritis que no habían respondido positivamente al ser tratados solamente con metotrexate.Durante los seis meses que duró el ensayo tuvo que practicarse mensualmente exámenes de sangre, orina y contestar un cuestionario de unas 40 preguntas, afirma.A Miriam le sucedió lo mejor que podía pasarle. Los dolores se calmaron "casi del todo". Ahora "ni sabe" lo que es sentir dolor de noche. "Calmó todo, mejoró. De vez en cuando, como ahora que empieza el frío, viene algún dolor más fuerte, pero no tiene nada que ver con lo que yo sentía", dice. Mientras habla, cuenta que ese mismo día, más temprano, estaba pintando su casa, una tarea que antes no podía hacer. Sus manos no la dejaban.El ensayo clínico -estudio en humanos con medicamentos para descubrir o verificar efectos e identificar reacciones adversas- del que participó Miriam, fue uno de los 37 que autorizó en los últimos cuatro años el Ministerio de Salud Pública (MSP).De ellos, la especialidad que concentró más investigaciones fue Oncología (17), seguida por Cardiología (7), informó a El País Ana Pérez, directora de Evaluación Sanitaria del MSP.A fin de mayo había en curso seis ensayos clínicos: tres de Oncología y uno de Cardiología, uno de Nefrología y otro de Urología. A su vez, fueron aprobados, pero aún no convocaron pacientes, otros dos ensayos del área Oncológica.El Ministerio analiza además otras cuatro solicitudes: una para vacuna y las restantes en Psiquiatría, Cardiología y Odontología. Para ser presentados ante las autoridades, los ensayos clínicos deben haber sido aprobados previamente por el Comité de Ética de la institución en donde se van a desarrollar. En algunos casos, además, los protocolos son evaluados por la Comisión Nacional de Ética en Investigación Clínica (ver nota aparte)Pérez considera que hay investigaciones que no se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR