El Uruguay del MPP

El expresidente Mujica dejará muchos legados. Alguno positivo, como el impulso a la imagen exterior del país. Y una cantidad de negativos, como el desastre financiero, la destrucción del diálogo político elevado, un alineamiento nefasto en relaciones exteriores, y el desaprovechamiento de los mejores años económicos de la historia reciente del país para emprender reformas centrales, como la del Estado o la educación. Pero hay una herencia que nos dejará "el Pepe", menos notoria y no por ello menos grave: el MPP.

Es que el sector creado por el exmandatario se ha revelado como un nicho en el que anidan algunos de los sentimientos más negativos que puede engendrar la política. Muy lejos de esa impostada bonhomía que hizo popular a Mujica, en la segunda línea de su grupo es común encontrar figuras representativas de una forma sectaria y dañina de ver el país.

Ya es conocida la simpatía de la ex primera dama doña Lucía. A ella se suma ahora como gran espada parlamentaria del MPP el senador Agazzi, alguien que supo tener cierto prestigio académico, pero cuyo paso por el Ministerio de Ganadería lo tiró por la borda, siendo un obstáculo permanente para la innovación y el avance en el sector. Y que ahora en el Parlamento derrocha fanatismo y suficiencia en dosis semejantes, al punto que hasta a sus propios correligionarios de otros sectores les resulta intragable.

Por estos días Agazzi ha elevado su nivel de grandeza cuando ante la ola de protestas por el mazazo tributario impulsado por Tabaré Vázquez para tapar los agujeros de la gestión Mujica, afirmó con tono displicente que quienes reclamaban eran ricachones sin mayor mérito, "cacerolas de terciopelo", afirmó, en un rapto poético. Pero, con todo, Agazzi está lejos de ser lo más grave en el MPP.

El año pasado generó polémica el comentario de uno de los ideólogos en materia de política internacional del grupo, el diputado suplente y coordinador de la "bancada progresista" del Parlasur, Sebastián Valdomir. Valdomir saltó a la fama cuando, mientras ocupaba un cargo muy bien rentado en la Intendencia de Montevideo, descerrajó una serie de comentarios antisemitas y violentos en las redes sociales. Allí se arrepintió y pidió perdón. Pero hace días volvió a las andadas al tirar munición gruesa contra el jugador de Peñarol Marcel Novick, de quien dijo que nunca celebraría un gol por la actividad política de su padre.

Nuevamente Valdomir pidió disculpas, pero poca gente le creyó. En un tema tan sensible a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR