El uruguayo Aníbal Lavandeira es el mejor ultramaratonista extremo del mundo

El domingo 14 de noviembre, el ultramaratonista extremo uruguayo, Aníbal Lavandeira (52) , cumplió un sueño y marcó un récord mundial: completó una recorrida de 700 kilómetros, de la carrera Swamp Fox Ultra en la reserva natural Marrion Forest de Carolina del Sur (Estados Unidos).Para llegar a su destino, Lavandeira corrió día y noche dentro del bosque entre el 8 y el 14 de noviembre, alimentándose a base de suplementos de Cibeles Nutrition y durmió muy pocas horas. El cansancio y la exigencia fueron terribles, pero no solo cumplió su objetivo que era llegar, sino que bajó el récord anterior por más de tres horas de quien había logrado la hazaña en el pasado.¿Qué te motivó a participar de esta ultramaratón? > Fue tremenda. Era un objetivo que tenía hace ya mucho tiempo y que lo venía viendo como algo que podía cumplir. Me quise preparar muy bien, ya había hecho 500 km hace dos años y medio, luego vino la pandemia y seguí entrenando fuerte para esto. En noviembre del año pasado, estuve entre esta carrera y una en Alemania. En mayo me confirmaron que no se podía entrar a Alemania así que decidí dar el paso de correr la carrera más difícil del mundo, la más extrema, y a la que llegó solo un corredor. Inicialmente éramos 25, pero se fueron bajando y faltando un mes quedé yo solo como quien desafiaría al corredor anterior que era un estadounidense. Realmente me generó mucha adrenalina y motivación intentarlo.-¿Cómo fue la experiencia? > -Fue una ultramaratón complicadísima complicadísima. Si bien sabía que hacía frío, no sabía que de noche la temperatura bajaba a dos o tres grados bajo cero. Era congelante y el día era muy cortito. Aunque amanecía a las 7:00 horas más o menos, al ser un bosque tan tupido recién a las 8:30 o 9:00 horas había claridad como para dejar de usar la luz de la linterna en la cabeza. A eso de las 16:00 horas, tenía que encenderla nuevamente. Me fije objetivos. El principal era estar dos días sin dormir tratando de sumar kilómetros y pasar los 350 km al tercer día e intentar llegar a los 400 km. La primera noche me fisuré el dedo gordo del pie, golpeé contra una rama y después me volví a caer y golpear. Cuando me tropecé la segunda vez, sentí que no llegaba. Fue una carrera muy, muy complicada por el terreno y por el dolor físico que sentía. Sin embargo logré llegar a los 400 km al fin del tercer día y ahí ya la tenía como redondeada. Traté de mantenerme en mis ritmos y ya faltando un día tenía la posibilidad de no solo...

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