Hasta que se vayan...

La catarata de dislates que hemos escuchado en los últimos tiempos por parte de los diversos integrantes del gobierno y de los legisladores frentistas en relación a la idea de no devolver los aportes excedentarios volcados al Fonasa no permite discernir con claridad algunos elementos esenciales que hacen a los fundamentos ideológicos que subyacen en esta propuesta.Más allá de la forma que adopte, si será una apropiación indebida violando la ley y la Constitucíón o si se opta por hacerse de los recursos aumentando los impuestos, hay varios elementos a tener en cuenta. En primer lugar la autoproclamada prudencia y responsabilidad que viene atribuyéndose el equipo económico desde hace varios años, constituye una gran mentira. Si así fuera, no habría necesidad de recursos adicionales ahora.En segundo lugar, lo que se le devuelve a la sociedad con los abundantes recursos que de ella se detraen, es a todas luces una serie de servicios de muy mala calidad y las transferencias sociales que se realizan son muy discutibles en materia de obtención de resultados duraderos.En tercer lugar, con un nivel de presupuesto de 10 mil millones de dólares y un funcionariado público que aumenta a pasos agigantados hay mucho paño para racionalizar sin tener que aumentar los impuestos.Pero el elemento que ha sido soslayado en todas las discusiones tiene que ver con la tan manida disminución de la desigualdad, o en buen romance, con la persecución del objetivo igualitarista. No se quiere devolver los excedentes del Fonasa o se pretende incrementar del IRPF porque se persigue el “aumento de la igualdad”.Hay ríos de tinta escritos por filósofos y economistas sobre este tema y no es intención de esta humilde...

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