Vencidos sin clemencia

Andrea BlanquéES DIFÍCIL INVOCAR la memoria después de un fratricidio, pero no imposible. Tras varias décadas de ocultamiento, algunos países europeos han comenzado un proceso de recuperación de la memoria de los sucesos vergonzantes ocurridos en la primera mitad del siglo XX.En el caso de los países ocupados por los nazis, fue fácil enmascarar la culpa: los asesinos tenían el uniforme impecable, eran rubios y de ojos celestes y ladraban un alemán incomprensible... era muy difícil resistir su ejército poderoso. Hoy, en cambio, se piensa que sin la complicidad de muchos europeos los alemanes no hubieran hecho correr tanta sangre.El caso de España es aún más difícil. Dado que no hubo unos aliados que acabaran con el franquismo amigo de Hitler y Mussolini, luego de la derrota republicana de 1939, el fascismo se perpetuó y mutó. El proceso de limpiar las manchas de sangre con la abundante lejía de una educación recalcitrante católica y la censura feroz dio sus resultados.También el bienestar económico hizo lo suyo. A partir de los años 60, los españoles comenzaron a salir del pozo negro de miseria en que los había sumergido la Guerra Civil y la dura Posguerra de los 40 y 50. Con la muerte de Franco en el 75 y la Transición española, la amnistía para los presos y los exiliados políticos -algunos jóvenes, otros que llevaban 35 años afuera-, la posibilidad de recuperar la memoria y juzgar a los culpables de masacres, descubrir las fosas comunes y resarcir a las víctimas de todo tipo de atropellos estuvo próxima, pero se esfumó.En pleno siglo XXI, para incredulidad del mundo, el célebre juez Garzón fue destituido por exigir la búsqueda de desaparecidos en las fosas comunes que toda España sabe que existen pero poco ánimo hay de manifestar su verdad. Podrá decirse que los culpables ya han muerto, al igual que las víctimas. Sin embargo, el cuñado de Franco, Serrano Súñer, responsable del envío de 10.000 republicanos españoles -refugiados en Francia- hacia el campo de concentración nazi de Mathaussen, murió en 2003, como un anciano pacífico, sin ser juzgado.A diferencia de otros países europeos, en España el fascismo triunfó a fuerza de metralla y quedó en el poder tantos años, que se fue desdibujando. Los beneficiarios de ese régimen autárquico y corrupto se mimetizaron con los demócratas y se integraron a un régimen político más moderno. La Historia, sin embargo, quedó contada a medias tintas.Con Galdós y con trabajo. La escritora española Almudena Grandes se ha...

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