Los verdugos que no se esconden

El director estadounidense del escalofriante documental sobre Indonesia, "El acto de matar", ha ganado docenas de premios por la película. Sin embargo no ha logrado lo que consideraba un objetivo mayor, echar a andar un debate en Indonesia.Lo que el documentalista Joshua Oppenheimer buscaba y aún no logró era obligar al gobierno indonesio a abrir finalmente una indagatoria formal en uno de los peores asesinatos masivos del siglo XX.La película, nominada al Oscar como Mejor Documental, cuenta con detalles gráficos el asesinato de aproximadamente 500.000 o más indonesios durante las purgas de quienes se sospechaba eran comunistas y simpatizantes, realizadas por el gobierno entre 1965 y 1966.Desde que se presentó por primera vez El acto de matar en 2012, ha recibido cobertura mundial, tanto por el tema como por el enfoque de Oppenheimer: que hombres que dirigieron uno de los escuadrones de la muerte, apoyados por el gobierno, no sólo cuentan los asesinatos al detalle, sino también los recrean en un plató cinematográfico.A pesar de la prensa internacional, se acalló la reacción en Indonesia. Los canales de la televisión nacional ignoraron en gran medida la nominación de la Academia, la cual cubrieron solo un puñado de medios impresos, incluidos dos periódicos en idioma inglés.Los asesinatos masivos siguen siendo un tema extremadamente delicado en Indonesia, donde un ejército poderoso y otros grupos de la elite del país estuvieron implicados en la violencia y defienden sus acciones como la salvación de Indonesia de lo que dicen era una inminente toma comunista del poder.Ni siquiera la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha podido avanzar en sus intentos para que haya rendición de cuentas. La comisión falló en 2012 que los asesinatos, supervisados por el finado Suharto cuando era general, fueron una violación de los derechos humanos y exigió una indagatoria criminal. La oficina del fiscal general se negó.Oppenheimer estaba bastante preocupado de que los censores gubernamentales prohibieran la película y no intentó que se exhibiera en cines. No obstante, valoró el hecho de que se descargó de YouTube más de 30.000 veces en la primera semana en que estuvo disponible en octubre pasado, muchas de las cuales fueron en Indonesia."Es relativamente fácil quitar a un dictador como Suharto y decir que tenemos una sociedad abierta, pero se requiere el mismo movimiento popular para demandar que las instituciones democráticas legítimas sean responsables ante la voluntad...

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