Su vida en los extremos

El nuevo técnico de Suárez vivió una intensa carrera tanto en Real Madrid como en Barcelona. Su carácter y determinación marcaron su carrera.Un viernes del mes de abril de 1988, un joven Luis Enrique recibía su primera gran decepción como futbolista. Uno de los responsables de la cantera de Barcelona acudió al hotel en el que se hospedaba el juvenil, de 18 años, y le dijo que podía volverse a casa, ya que no había conseguido superar la semana de prueba que el club catalán le había ofrecido. Los presión le habían pasado factura y él mismo se esperaba la noticia, por lo que, resignado, regresó a su Asturias natal. Tan nervioso estuvo en aquella primera semana en Barcelona que nada más bajar del avión se dio cuenta de que había perdido el billete de regreso, por lo que le tuvieron que comprar otro.Un año más tarde, aquel mismo futbolista debutaba en primera con Sporting de Gijón, donde creció hasta llamar la atención de Real Madrid, que decidió contratarlo. Le costó adaptarse al club "merengue", sobre todo porque los primeros entrenadores que tuvo le obligaron a realizar labores defensivas que iban en contra de su naturaleza de juego, más enfocado al ataque y, sobre todo, por las bandas. Sin embargo, la llegada de Jorge Valdano al banco blanco en la temporada 94/95 le favoreció. El argentino le dio la titularidad en el sector derecho del ataque y tuvo sus días más felices con el Real, culminando en aquella victoria por 5-0 sobre el "Barça" en el Santiago Bernabeu en la que él anotó el cuarto tanto.El curso 95/96 fue de crisis en el club y el plan de renovación del plantel incluía prescindir de Luis Enrique, entre otros muchos nombres como Zamorano o Juan Eduardo Esnáider. Real Madrid había caído eliminado en cuartos de final de la Champions y los dirigentes planeaban grandes cambios. El asturiano se anticipó a la jugada y, apenas 24 horas después de la eliminación, fue "cazado" por la prensa pasando el reconocimiento médico para Barcelona en una clínica de Madrid. Su reacción fue romperle la cámara al fotógrafo de Marca que lo retrató, lo cual evidenció que no estaba allí por ninguna dolencia y, por tanto, sus intenciones de cambiar de bando. Esto le supuso la enemistad eterna de la hinchada blanca y le garantizó una buena bienvenida en Barcelona.Ocho años después de aquella prueba fallida, Luis Enrique consiguió completar su sueño y se enfundó la casaca "culé", que vistió otros ocho años más hasta su retiro, como capitán, en 2004. Se consagró como ídolo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR