La vidriera irrespetuosa

Días atrás en sede del Parlamento nacional y a propuesta del senador Bergara se organizó un encuentro de parlamentarios regionales a propósito de una iniciativa sobre el control de armas. Hasta ahí todo bien. Podemos tener miradas contrapuestas y matices. Pero lo insólito del encuentro fue que la convocatoria intentaba liar el concepto control de armas con el de violencia de género. Ahí el cambalache mezcló todo y para mal. Se intentó adjudicar a las armas la responsabilidad de los crímenes de pasión aberrantes basados en una afirmación estadística. El 98% de los tenedores de armas son hombres. Y sí...lo son. Yo agregaría que un porcentaje similar compran armas de caza. Ni que hablar de tripulantes de submarinos en la 2º guerra mundial. O un porcentaje parecido a las tropas que van al frente en Ucrania. Pero eso no explica el problema de la violencia de género. Los argumentos vertidos por la mayoría de las legisladoras extranjeras que nos visitaron fueron muy "traídos de los pelos". Otros confusos como el de la diputada chilena y otros irrisorios como el insólito trabalenguas de la diputada boliviana Alcira Rodríguez. "Herida por un sable sin remache..." la enviaron a un país extranjero a leer un discurso de 3 minutos en el que no logró pronunciar la palabra "totalitarismo" 4 veces y terminó riéndose de ella misma. (En Uruguay recordamos aun a la diputada "Conchillas"). En fin. La idea de Bergara era reunir adhesiones para un proyecto que intenta establecer más garantías en el uso y tenencia de armas. Una intención plausible sino fuera que hoy intenta ahondar sus propósitos buscando socios en movimientos feministas parlamentarios. Y ahí mezcla todo y confunde todo. Por más evidencia científica respecto de la responsabilidad de los hombres en la violencia de género, el que mata. -en todo caso- es el ser humano violento y no el arma. El arma puede ser cualquier elemento que tenga a mano cuando la pasión lo ciega y el individuo pierde la cordura y comete un crimen atroz. Ejemplos abundan y el...

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