Visita a la Argentina

La prensa dio cuenta de una visita relámpago y en reserva del presidente Mujica a su par argentina Cristina Fernández de Kirchner, ratificando así el camino no institucional de relacionamiento comercial con el vecino país. En principio no parece el mejor, y por supuesto no puede repetirse con frecuencia, un mecanismo que intente desde la acción presidencial eliminar trabas a los textiles hoy, a las bicicletas ayer, vaya a saber a qué bienes mañana. Como hemos señalado en otros artículos, el problema de los vecinos hace rato que dejó de ser comercial y responde más bien a una respuesta en este terreno a enormes dificultades macroeconómicas que no hacen sino acrecentarse, ahora además en un clima político en franco proceso de resquebrajamiento. La diplomacia presidencial debería limitarse a pocos y muy relevantes temas de altísimo nivel político, bajo pena de convertirse en charlas cada vez más de compañeros ideológicos y menos de jefes de Estado. Y pueden terminar en naderías que desmerecen al país como inaugurar trenes insólitos, dejando de lado que la Argentina reciente solo ha tenido gestos inamistosos que dejan continuamente desairado a nuestro Presidente.QUÉ CANJEAMOS. Habla bien de Mujica como persona poner en riesgo su propio prestigio personal planteando gestiones comerciales a favor de sectores sensibles. Pero una cosa es Mujica y otra la institución presidencial. Y allí sí me parece que si Argentina no respeta los mecanismos institucionales normales, no veo por qué habría de respetar ni los acuerdos de "compañeros" ni una nueva institucionalidad que eventualmente se acordara. De manera que soy escéptico en relación a este tipo de gestiones, que quizás haya que hacerlas de todas maneras, aunque su resultado será seguramente negativo. Y si aparentemente no lo fuera, si se llegara a algún tipo de acuerdo comercial heterodoxo, tampoco genera credibilidad la Argentina sobre el cumplimiento de compromisos que pudieran firmarse, porque es un país hoy permanentemente acusado a escala planetaria precisamente de no respetar ningún sistema de reglas. Así lo entendieron por ejemplo 40 países de la Organización Mundial del Comercio, así Estados Unidos en varias ocasiones recientes, o China que anuncia reacciones, en definitiva la situación macroeconómica hace que su gobierno apele permanentemente a no respetar reglas. Algo parecido señala el economista quizás más reconocido de la Argentina, Guillermo Calvo, quien sitúa buena parte de los problemas argentinos...

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