Vivir en el mundo del delantero

Más de mil personas fueron a ver Uruguay-Colombia por el Mundial a las puertas de la casa de Luis Suárez. El domingo, cuando viajó a Barcelona, el salteño se tuvo que ir escondido por la terminal aérea vieja, para no sufrir el "acoso" de la gente. Su llegada a España impactó y hasta hoy, Luis tiene guardia de periodistas e hinchas en la casa de sus suegros, donde pasa estos días.La vida de Luis Suárez es un mundo aparte. A esta altura, ya no alcanza con escribir un libro sobre el notable jugador uruguayo, hace falta una enciclopedia.Desde su infancia, donde la "peleó" bien de abajo para jugar al fútbol -como gran parte de los futbolistas uruguayos- la vida del salteño tuvo todo tipo de vaivenes. Grandes tristezas y enormes alegrías. Momentos de sufrimiento y otros de felicidad. Lo que está claro, es que cada vez que Suárez tuvo un tropezón en su carrera, siempre dispuso de la virtud de salir adelante. Y ese aspecto nadie lo puede negar.Cuando era adolescente, el crack celeste soñaba con jugar en España porque, debido a la crisis que afectó al país a comienzos de siglo, la familia de su novia -Sofía Balbi- había decidido hacer las valijas y emprender viaje rumbo al viejo continente. A partir de ese momento, se puso como meta jugar lo mejor posible para dar el salto a Europa y así, estar cerca de su novia, hoy esposa.Suárez lo logró. Porque al poco tiempo, en 2006, Nacional vendió el 90% de la ficha del salteño al Groningen de Holanda por US$ 900.000. Tras un primer semestre que no fue del todo bueno, porque a Luis le costó la adaptación -y porque Sofía estaba lejos, aún en España- el salteño se fue a buscar a su novia y con apenas 16 años se la llevó a vivir con él a Holanda. Su juego mejoró y eso le...

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