La vuelta del hijo pródigo a 50 años de la partida

"50 años no es nada" bautizó Víctor Manuel a los conciertos conmemorativos de la historia de un joven de Mieres que en 1964 se instaló en Madrid para impulsar su carrera musical.El viernes volvió a su tierra junto a varios de los mejores artistas de ese tiempo para defender también el inexcusable deber de la memoria."Nadie me dijo que no y me puse a ofrecerles canciones", había señalado el nieto del abuelo Víctor durante la preparación de los dos conciertos, con veinte mil localidades agotadas desde hace meses, con los que ha dado el repaso, quizá definitivo, a su obra.El primer recital, que ha servido para abrir las fiestas de San Mateo en Oviedo tras el pregón del propio Víctor Manuel, ha colmado a través de treinta temas las expectativas de los más de diez mil espectadores, que abarrotaban la carpa instalada en el exterior del nuevo estadio Carlos Tartiere una hora antes del concierto para calentar gargantas con el brasileño Vaudí y sus versiones del homenajeado.Pese a lo bien acompañado que celebró su aniversario, Víctor Manuel salió a cuerpo gentil -chaqueta negra, camiseta blanca "y lavadas para mañana que los conciertos se graban" había bromeado- para recibir la ovación de su público que coreó junto a él La danza de San Xuan y La romería, su primer éxito, que dio paso a La sirena, también con ecos asturianos"Yo soy de aquí al lado, de Mieres del Camín, nací al lado del Puente de la Perra, junto a la vía del tren, así que toda mi vida he visto pasar trenes", fue el saludo para sus seguidores y dar paso a El hijo del ferroviario, un recuerdo para su padre, un republicano que le sirvió para recordar "a las miles de personas enterradas en cunetas, fosas y pozos" sin que ningún gobierno "después de tantos años de democracia se lo haya tomado en serio".Su llamada a la memoria precedió a Cómo voy a olvidarme, antes de dar paso a los primeros invitados y a la `suite` asturiana junto al vocalista de Nuberu, Chus Pedro; la cantante de tonada Marisa Valle y el gaitero Hevia para enlazar Danza del cuélebre, La planta 14, Paxarinos y Por el camino de Mieres.Nada nuevo bajo el sol dio paso a Canción para Pilar, convertida en una presentación para su invitada más cercana, Ana Belén, e interpretar con ella Contamíname antes de entonar el Ay amor, uno de sus éxitos con la producción del italiano Danilo Varona, con el que renovó su sonido y le hizo superar, sin renunciar a nada, la figura de cantautor político.Y siguió hablando de lo dulce que saben algunas bocas...

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