Wanderers y una linda revancha

Revancha no. Revanchita, porque nadie podrá olvidar la derrota sufrida ante Danubio en la final por el Uruguayo, pero una goleada como la de ayer, se goza, se disfruta, se festeja. Y así lo hicieron los hinchas de Wanderers que acompañaron al equipo en gran número. Fueron a ver qué pasaba, y se llevaron el premio mayor de la fecha, porque su equipo fue una maquinita de jugar al fútbol. El tuya y mía volvió ser la grifa inconfundible de los bohemios, esta vez, con una complicidad del rival que no tuvo fuerzas ni argumentos como para contrarrestar esa exhibición wanderista. Danubio fue una sombra. Nada que ver con el campeón y mucho que ver con el de la Copa. En menos de 15 minutos, el partido estaba liquidado. Quagliotti marcó el 1-0 a los nueve minutos, y a los 14, Gularte anotó el 2-0. Dos goles que plasmaron la diferencia, porque Wanderers salió con todo y arrolló a su rival por las bandas, fundamentalmente, por el sector izquierdo de los danubianos, que fue un pasaje permanente al ataque local. Pero si algo le faltaba al partido, era el golazo de Alex Silva. Una volea impresionante que se coló en el ángulo superior derecho de Ichazo. Fue el 3-0 a los 37 minutos, el que selló el duelo en el Viera. El complemento sobró. Porque Wanderers bajó las revoluciones, cuidó la pelota y le cedió terreno a Danubio, un Danubio que jamás inquietó a Cristóforo. Bueno, de cabeza, anotó el 4-0, y a ocho del final, tras un entrevero en el...

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