Auto-crítica y auto-complacencia

AutorNicolás Etcheverry Estrázulas
Páginas5-7
DERECHO
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RESPONSABLE
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Mitchell Hamline University, EEUU
Juan Cianciardo
Universidad de Navarra, España
Eduardo Valpuesta Gastaminza
Universidad de Navarra, España
Revista de
MENSAJE DEL DECANO
Dos remedios para tratar de curar
dos males:
Para la falta de auto-crítica y auto-
complacencia, objetividad y empatía
Dos autos terriblemente peligrosos y destructivos
que suelen circular en nuestros días por los andariveles
del pensamiento de muchos uruguayos son, por estar
con el freno de mano puesto la falta de auto-crítica, y
por desbordante compensación y aceleramiento, la so-
bredosis de auto-complacencia.
Muchos uruguayos hemos perdido la capacidad de
hacer auto-crítica por acostumbramiento. Hemos op-
tado por habituarnos a pensar menos y entretenernos
más. Resulta más fácil y menos complicado, al menos a
corto plazo. Entonces todo lo vemos con esquemas muy
simplistas y con opciones dualistas: la falta de auto-crí-
tica nos lleva a pensar que nosotros estamos haciendo
siempre las cosas bien o muy bien, son los otros, los
adversarios los que no nos comprenden y nos critican
pues en definitiva, siempre y en toda ocasión, son ellos
los que se equivocan. Y si algo nos muestra, con datos
concluyentes, que las cosas son diferentes a como las
queremos pensar, entonces esos datos son erróneos.
Por lo tanto, si esos datos no reflejan la realidad que
nosotros queremos ver, entonces habrá que modificar
esos datos y estadísticas para que queden alineados con
nuestro pensamiento. Así de fácil. Ya lo decía Hegel,
cuando algún osado estudiante se animaba a comentar-
le en sus clases o lecciones que sus teorías o pensamien-
tos no se conformaban con la realidad: “Pues ¡peor para
la realidad…!”
La ausencia de auto-crítica nos ciega y nos impide
ver nuestras carencias, errores, omisiones y defectos.
Solo vemos nuestros aciertos, bondades y virtudes. Y
si vemos algo de lo primero, como basura incómoda, lo
barremos debajo de la alfombra.
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