La experiencia Vis - Viena - 2011: Visión del Decano

AutorNicolás Etcheverry Estrázulas
Páginas173-174
173
LA EXPERIENCIA VIS – VIENA – 2011:
VISIÓN DEL DECANO
NICOLÁS ETCHEVERRY ESTRÁZULAS
Cuando a mediados de 2010 decidimos ir a competir a Viena por primera vez, debo reconocer que lo vi
más que nada como una oportunidad para aprender. Sería —pensé— el mejor lugar para adquirir experiencia
en Arbitraje Comercial Internacional y relacionarnos con las mejores universidades del mundo. Sabíamos
del prestigio de la Competencia VIS a nivel internacional y del alto nivel de preparación y jerarquía que
tenían los estudiantes europeos, latinoamericanos, asiáticos y norteamericanos que representaban a esas
universidades.
En lo personal, me preparé para ir a ver los primeros cuatro partidos obligatorios que tienen todos los
equipos, y luego festejar si quedábamos entre los 64 mejores clasificados, pues ello ya significaría haber
quedado entre el 20% de los mejores. Luego comenzaría la etapa eliminatoria en la que cada partido dejaría
a una universidad por el camino. Para mis adentros pensaba “bueno, si la UM queda dentro de este grupo,
ya está muy bien para ser la primera vez que venimos” Y me hice a la idea de que finalizadas esas rondas,
nos dedicaríamos con mi mujer a visitar museos, escuchar algún que otro concierto con la mágica música
de Mozart, ver a los únicos y famosos caballos españoles de la Academia en el Hofburg y visitar el palacio
Schonbrunn.
Poco de eso pudimos hacer. Y hasta hoy sigo feliz de no haberlo hecho. Pues los jóvenes integrantes
del equipo de la UM y su coach la Dra. Mercedes Jiménez de Aréchaga, con mucho esfuerzo, dedicación y
talento determinaron que los días siguieran transcurriendo con partidos y partidos que fueron ganando uno
tras otro. Cada vez que nos reuníamos en una gran sala todos los equipos, para enterarnos de los resultados
que se proclamaban a viva voz por parte de los árbitros que habían presenciado y puntuado cada partido, el
nombre de la Universidad de Montevideo volvía a mencionarse y la emoción crecía y se desbordaba.
Debo mencionar aquí algo que merece ser resaltado: desde el primer partido hasta el último que presencié
(que fue la final) la reacción de todos los estudiantes fue la misma; los que habían perdido acudían inme-
diatamente a felicitar al equipo ganador que había competido en ese partido contra ellos y los triunfadores,
apenas terminado el festejo por seguir en carrera y pasar a la ronda siguiente iban a saludar y abrazar a los
que habían quedado por el camino. Era una reacción espontánea y casi simultánea que se dio a lo largo de
los nueve días que duró el certamen y que reflejó un espíritu, una actitud de sana competencia, hidalguía y
solidaridad que enriqueció y nutrió a todos los participantes y espectadores durante esas jornadas.
Lo cierto es que el equipo de la UM siguió avanzando y alcanzó un record jamás antes obtenido por una
universidad en las 18 ediciones de esta competencia: debutar y en esa primera vez llegar directo a la final del
certamen. La misma se disputó contra la Universidad de Ottawa, equipo que precisamente había llegado a
la final el año anterior y había quedado en segundo lugar; por ello, es justo decir que los canadienses tenían
una experiencia y knowhow del que nuestra UM carecía. Precisamente en la final, que fue presenciada por
1300 personas, esta actitud de festejo y apoyo recíproco entre ganadores y vencidos que antes mencionamos,
fue uno de los momentos más emotivos de la competencia.
Si uno repasa los equipos que fueron quedando atrás, tales como la Universidad de Viena (locatarios
desde hace 18 años), la U. de Georgia, Florida, Belgrado, Paris 2, Edimburgo, London School of Economics,
o algunas de las otras universidades que compitieron entre los 265 equipos, la magnitud de lo alcanzado
por la UM adquiere relieves más amplios. A vía de ejemplo, importa destacar que 7 de las 10 universidades
estadounidenses mejores rankeadas por las revistas especializadas de educación, estuvieron presentes y
compitieron en Viena. Unos años atrás, cuando una universidad norteamericana ganó la final VIS en Viena,
al regresar a los EEUU su equipo fue recibido por el Presidente en la Casa Blanca. Sin ir tan lejos y en un
grado diferente, vale destacar que cuando a la semana de finalizada la competencia nos trasladamos a Praga
y visitamos a las autoridades de la Facultad de Derecho de la Universidad Karlova (una de las más antiguas
de Europa Central) éstas ya estaban enteradas de los logros de la UM en Viena, lo que muestra el prestigio
y la repercusión que tiene esta Competencia en el mundo académico europeo.
Visto en perspectiva, mi anhelo inicial partía de una falsa apreciación. Que nuestros alumnos no podían
estar tan preparados como para competir y vencer a niveles tan altos de competencia académica mundial.
Que una cosa era el fútbol y otra el mundo universitario internacional. Con los resultados a la vista he

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR