Nota editorial. Derecho, justicia y mercado

AutorMiguel Casanova
Páginas9-10
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MIGUEL CASANOVA - DERECHO, JUSTICIA Y MERCADO
Revista de Derecho. Año XXII (Julio 2023), Nº 43, pp. 9-10 | ISSN: 1510-5172 (papel) - 2301-1610 (en línea) -
https://doi.org/10.47274/DERUM/43.1
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Mensaje del decano
Derecho, justicia y mercado
Hace unos días asistimos a una jornada sobre Legislación Antidiscriminatoria, a
20 años de la Ley nº 17.677, en honor al Dr. Nahum Bergstein. Una de las ponencias
estuvo a cargo del filósofo argentino Santiago Kovadloff y versó sobre la discriminación
como problema social. Varios y muy interesantes conceptos pudimos llevarnos quienes
tuvimos la suerte de asistir a esa conferencia. Entre ellos -porque resulta particularmente
importante para la actividad académica-, destacamos la idea de que la discriminación,
muchas veces, deriva del pensamiento único, de creer que las convicciones propias son
las únicas válidas, de la inseguridad (o incluso, “angustia” comentaba Kovadloff) que
provoca quien es o piensa distinto y puede socavar las más sólidas convicciones. O,
sencillamente, de que quien piensa distinto es un enemigo a derrotar.
La discriminación, en este sentido, derivaría de lo que Friedrich von Hayek denominaría
“fatal arrogancia” de considerar que uno es el dueño de la verdad y que, por tanto, no
resulta necesario ni conveniente abrirse a nuevas perspectivas, a miradas distintas, a
avances en el conocimiento. Todo lo contrario a lo que significa una Universidad, que
implica que el conocimiento humano, por el sólo hecho de ser humano, es necesariamente
incompleto, imperfecto y que nuestra misión, como académicos, como juristas, es un
continuo “conducirnos hacia” la verdad, conscientes de que nunca la asiremos por
completo. Ello determina una actitud drásticamente distinta a la anterior. Actitud que
necesariamente se encuentra en las antípodas de cualquier forma discriminatoria.
El investigador universitario y, en particular, el jurista debe huir de cualquier visión
“totalizadora” de la realidad. Reconocer que en el estudio de la persona, de la sociedad
y del Derecho -a diferencia de, por ejemplo, lo que ocurre en otras áreas como la física o
la matemática-, no hay “constantes”, sino “variables constantemente”, derivadas de la
libertad -rasgo esencial del hombre-. Y que, en ese sentido, solo podemos ir dando pasos
cortos en esa carrera hacia la verdad, que en nuestra área, es la Justicia.
Recordaba Kovadloff que la angustia -sentimiento que suele atribuirse a quien
discrimina- viene de angustus, estrecho. Quien transita por un desfiladero angosto
-explicaba- es incapaz, ni siquiera, de mover la cabeza para reconocer la riqueza de una
realidad más amplia que la necesariamente parcial visión que tiene delante. La misión
del Derecho que, sobre todo, consiste en buscar incesantemente la verdad -la Justicia-
dentro de una realidad concreta cada vez más compleja, no puede caer en la trampa
del pensamiento único. Debe tener una constante actitud de apertura al diálogo, de
humildad, de no discriminación frente al que es o piensa distinto.

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