El técnico de Rentistas estuvo cinco años sin ir al estadio

Alejandro Cappuccio , el técnico de Rentistas, entró llorando el domingo al Centenario. Es que mientras recorría el túnel rumbo a la cancha, para hacer su debut absoluto como técnico en Primera A, le vino a la mente su frustrada carrera de futbolista. No pudo impedir las lágrimas y se fue enseguida al banco para que sus jugadores no lo vieran.Hoy le agradece a Humberto Grondona , el técnico de Nacional que lo dejaba en el banco porque no era un zaguero alto. Y que lo mandaba a estudiar porque era rubio y de ojos celestes. "Además, yo ya estaba en primero de facultad y en mi casa había una presión muy grande para que dejara de jugar. Se me acabó el mundo, hasta que llegó Anavitarte a invitarme para unos viajes con Nacional Universitario y me salvó la vida. Ya me habían ido a buscar de Defensor y Wanderers pero no quise ir. Tenía una tristeza enorme porque se había acabado mi carrera sin llegar a Primera. Tenía que haber ido al psicólogo, pero en esa época no se usaba. Y canalicé mi tristeza con el estudio", reconoció Cappuccio en su estudio, no sin antes aclarar que no es en su oficina que se atiende a los clientes. Y de disculparse por el desorden."Grondona fue el encargado de avisarme del fin de mi carrera. Me decía que tenía que estudiar porque era rubio, de ojos celestes y vivía en Pocitos. Y yo lo quería matar".Tanto le dolió que estuvo cinco años sin pisar el Estadio. "Si no hubiera aparecido Anavitarte con Nacional Universitario , hubiera terminado en cualquier cosa. Fue muy duro porque pasó cuando ya veía Primera muy cerca. Es cruel. No fui por cinco años al Estadio. Pasaba por ahí y lloraba. Todo eso me pasó por la cabeza el domingo", explicó.MATLOCK . Se recibió primero de procurador, después de profesor de Educación Física, luego de escribano y después de abogado . Es más, de niño miraba la serie Matlock y anotaba los casos en un cuadernito. "Estaba enamorado del derecho penal. Ya de chico leía el código penal. Pero cuando viví la realidad, la tristeza que es la cárcel, los familiares de los presos e incluso el personal de las cárceles, no quise hacer eso todos los días de mi vida". Hoy no ejerce como abogado. Trabaja como escribano y disfruta de estar con sus socios Miguel, Raúl, Marcelo y Lorena, en el estudio."Todavía no puedo creer lo que me está pasando por estas horas. Es todo inesperado. Pero sé que son sólo dos días. Y mañana se acabó", dijo sobre una fama que lo sorprende.El domingo el entrenador tuvo hinchada propia. Es...

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