Un torneo de todos: Etica en la persona, la empresa y el Estado

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UN TORNEO DE TODOS:
Etica en la persona,
la empresa y el Estado
Nicolás Etcheverry Estrázulas
Universidad de Montevideo
Montevideo, 2006, 205 págs.
I
La presentación de un libro sobre Ética en la per-
sona, en la empresa y en el Estado, me plantea una
situación algo peculiar.
Por lo general, soy de los que de solo escuchar la
palabra Ética, me siento molesto, irritado, fastidiado.
Es que, como dice el propio Nicolás, hay una
moda al respecto y la palabra al final conoce todo
tipo de aplicación, y nunca la correcta.
Es que muchas veces la gente dice que algo es
ético o no lo es, para defender una ideología o un
interés muy particular, o para (y viene a cuento que
Pablo esté acá) imponer un punto de vista y eludir
su argumentación: Esto es ético porque yo lo digo,
(y además lo digo desde un pomposo moralismo que
muchas veces linda en lo indecente.
Hasta como periodista lo digo, ya que muchas
veces con el mote de que algo no es ético, se preten-
de acallar al periodista, evitar que informe algo que
merece ser informado, y de ese modo amedrentarlo
y perjudicar al público y su derecho a acceder a la
información.
Sobre esto abundan muchos ejemplos nefastos
para una sana libertad de prensa. Nicolas recuerda
la frase referida a la libertad en su libro, lo mismo
vale para la Etica: Muchas barbaridades se hacen en
nombre de la Ética.
Esto me hace recordar una tesis que hizo una es-
tudiante mía - hoy reconocida periodista en prensa-
que a Nicolás seguramente le gustara por el meca-
nismo elegido.
Esta joven vio un montón de películas, algunas
muy populares y conocidas, donde el protagonista
principal era un periodista y llego a la conclusión
que en la mayoría de ellas, cuando el periodista era
el héroe de la película, como periodista era un desas-
tre en el sentido de que pasaba por alto todo lo que
esencialmente es un periodista. Y cuando el perio-
dista era el villano de la película, en realidad estaba
trabajando con el rigor, la independencia y el
profesionalismo que corresponde a un periodista.
El ejemplo emblemático de todo esto era una pe-
lícula en que Nick Nolte trabajaba como reportero
gráfico y cubría una guerra civil en un país de Amé-
rica Central.
NOTAS DE LIBROS Y REVISTAS
Las fuerzas que combatían contra el dictador pier-
den en la lucha a su legendario líder y temen que
esto tenga un efecto devastador en la moral de la
gente.
Por lo tanto negocian un secuestro al fotógrafo
que en el campamento oculto de los guerrilleros saca
una foto al líder, que estando muerto lo hacen posar
como vivo. Esto tiene un impacto impresionante y
ayuda a que ganen los buenos y pierdan los malos.
Todo el mundo se va de la sala contento con que Nick
Nolte se haya jugado por los buenos.
Sin embargo, como periodista, mintió delibera-
damente, engañó a su público, ocultó información y
mas grave aun, en lugar de reflejar hechos reales,
inventó uno. Nada de esto pareció molestarle a la
cantidad de público que vio la película.
Por eso, con todos los prejuicios que me genera
el uso de la palabra Ética, debo decir que acá me
reencuentro con ella de otro modo.
Nicolás nos recuerda que hay una cierta moda al
respecto y pretende ir a la esencia misma de la pala-
bra, de su significado, de algo que vaya más allá de
la moda, se remonta al fondo de la historia y tiene
que ver ni mas ni menos, con lo que es correcto y lo
que no lo e, con lo que está mal y no lo está.
Lo maneja en planos que nos son muy
reconocibles: la vida cotidiana, la empresa, el lugar
de trabajo, la profesión, el estado, la cultura y los
comportamientos populares. Y la familia. Para
Nicolas, la familia como entorno donde se desarro-

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